El Concello acelera el fin del parque de A Madroa como zoológico
Las instalaciones acogerán miradores a la Ría, tirolinas o rocódromos que sustituirán a los animales salvajes
Con el envío de los animales salvajes a otros parques “con mayor extensión”, tal y como explicó el alcalde, el parque de A Madroa ultima su clausura como zoo y su transformación en un centro de ocio medioambiental. El gobierno local acaba de contratar el servicio de acceso de público y está adecuando la zona alta, donde estaban los grandes mamíferos, para los nuevos usos. De estos tan solo queda la leona “Olivia”, que tras la muerte en 2019 de su padre “Alex”, a los 22 años, procedente de un decomiso, está sin compañero. A pocos metros se encuentran los ejemplares de lince, uno americano (rojo) y otro, europeo. Estos, al igual que pasó con las panteras y los osos, son los primeros candidatos a abandonar el parque. “Se trata de una transformación integral, nunca más habrá animales salvajes en cautividad, se construirá un gran mirador a la Ría, campamentos de verano, observatorio y tirolinas muy largas aprovechando el desnivel del terreno”, apuntó Abel Caballero en rueda de prensa.
El proyecto contempla también la construcción de un rocódromo, un planetario, un vivero con huertas e invernadero, aulas y laboratorios, centros de interpretación y zona de fauna exterior con los especímenes que se mantengan. Aseguró que la desaparición del zoo es un paso más tras “la prohibición de los circos con animales en Vigo hace 12 años, es una tortura”. Así, el objetivo del proceso iniciado en 2019 es pasar de los 300 animales a unos 30. El hábitat con más residentes es el recinto dedicado a los lémures, habitado por varias familias. El resto de los animales exóticos fueron desapareciendo, quedando tan solo los ejemplares viejos e irrecuperables como dos buitres, dos cebras o un avestruz.
La remodelación de A Madroa no afecta a departamentos como el Exotarium, con arácnidos, reptiles e insectos, que incluye el “mariposario”, ni al censo de tortugas exóticas, una población en crecimiento por el programa de recogida de mascotas, que suponen una amenaza para la fauna autóctona de liberarse en el medio natural. Fiel a su filosofía de aula medioambiental, tienen cabida especies autóctonas y herbívoros como una familia de burros “fariñeiros”, ovejas y cabras, o aves como patos. La relación con estos animales ya no será la mera contemplación, sino que se favorecerá un acercamiento a través de talleres. A Madroa era el único zoo de Galicia: el más próximo está en Oporto, de éxito.
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