La comunidad islámica de Vigo vuelve a la mezquita con más medidas de seguridad

El rezo del viernes ayer en Vigo.

El centro mantiene el aforo al 50% para garantizar la distancia, realiza control de temperatura antes de entrar y los fieles deben llevar mascarilla y su propia alfombra

A.j.pastor. vigo

Publicado: 20 jun 2020 - 03:15 Actualizado: 21 jun 2020 - 03:58

Acceso al lugar de culto con toma de temperatura y lavando de manos con gel.
Acceso al lugar de culto con toma de temperatura y lavando de manos con gel.

Los viernes son habitualmente los días de mayor afluencia al rezo para la comunidad islámica de Vigo. Antes de la pandemia, más de 200 personas se reunían en las instalaciones del centro en Canadelo Alto. Ahora, tras la reapertura con la desescalada, el aforo se mantiene al 50% y se toman estrictas medidas de seguridad sanitaria.

El portavoz del Centro Islámico de Vigo, Abdulraheem Uzairi, explica que la mezquita se reabrió con la fase 2 y “aunque con la nueva normalidad se permite ampliar el aforo hasta el 75%, nosotros mantenemos ese límite de momento para garantizar la distancia de seguridad”. Con cinco rezos diarios, el primero al amanecer y el último al acabar el día, el confinamiento les mantuvo separados del templo.

Los fieles ahora han regresado pero deben acceder a la mezquita de uno en uno, con mascarilla y con su propia alfombra, “las que teníamos aquí las hemos cubierto con plástico para evitar cualquier contacto”. Además, se les toma la temperatura al entrar y se lavan las manos con gel hidroalcohólico. “Los primeros días hubo menos afluencia porque muchos no sabían que habíamos abierto y otros todavía por temor al contagio, pero a medida que pasan los días cada vez hay más fieles”, asegura Uzairi, quien añade que también se ha restringido el contacto entre los asistentes a pesar de que “los viernes suelen ser días de reencuentro entre los amigos”. Para evitar que nadie que se quede sin participar en la oración, “hacemos dos pases si es necesario”. En las instalaciones se han cerrado los baños y se han tomado todas las medidas de limpieza oportunas para respetar al máximo las directrices sanitarias. “Por el momento, todo el mundo está muy concienciado y se respetan las normas sin ningún problema”. De esta forma, la comunidad islámica se adapta a la nueva normalidad tras una crisis sanitaria que, como en otras religiones ha afectado también a otros ritos. “Todas las celebraciones, como bautizos, la fiesta del Ramadán... Se han tenido que suspender por motivos de seguridad”. El confinamiento obligó a cerrar el lugar de culto y a reinventar el Ramadán. “Fue el primero sin mezquita, diferente pero lo llevamos bien”, señala.

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