Comuneros de Vigo y su área: “Este calor nos recuerda al 2017”
Comunidades de montes de Vigo, Val Miñor y Baixo Miño colaboran ante la preocupación existente de que se repitan graves incendios: “Si no llueve en agosto, se puede complicar”
Los comuneros de Vigo, Val Miñor y Baixo Miño han unido fuerzas para evitar que el monte se queme en verano. Las altas temperaturas que se están registrando en los últimos días, unido al viento existente, crean un caldo de cultivo para que se aviven incendios, en ocasiones descontrolados durante varios días, como el caso de Salvaterra o A Cañiza en el mes de julio. Por tanto, este año han decidido colaborar en las labores de limpieza y prevención, así como en el apoyo material en caso de un posible conato de incendio. “Somos los que más población abarcamos y coincidimos en que este verano nos tiene muy preocupados”, advirtió Uxío González, presidente de la Mancomunidad de Montes de Vigo. Por ello, realizan reuniones periódicas para mantener un criterio unificado y apoyarse los unos y los otros.
Ante la actual ola de calor, admiten que han intensificado su labor. Al menos hasta donde pueden llegar, porque el monte es inmenso y hay partes que deben dejar que la naturaleza siga su curso. La mayor parte de sus actuaciones consistieron en desbroces puntuales en donde existe más maleza y mucha vigilancia, casi a diario. El plan, según González, es mantener en todo momento la prevención y continuar los montes “limpios” para que no suceda como en 2017, un año que fue un antes y un después en el cuidado del espacio natural: “Está resultando ser una colaboración interesante. Antes, cada uno hacía lo que podía en su distrito y ahora nos ayudamos todos”.
Una colaboración que apoyan desde Chandebrito y desde Valadares. Víctor Manuel Vidal, presidente de la comunidad de montes en el municipio nigranés, ha destinado sus esfuerzos a generar una especie de anillo que rodea el núcleo urbano y así que el fuego no llegue a las casas. Además, se encuentran en plena sustitución de eucaliptos, especie más pirófila, por árboles autóctonos. Eso provoca que solo abunden las xestas y los toxos en Chandebrito, de difícil incineración. “Este año no hemos necesitado grandes actuaciones porque está muy bien cuidado, tan solo eliminar partes donde hemos detectado que la vegetación está algo más crecida de lo normal”, indicó Vidal.
En Valadares, su presidente, Gregorio Álvarez, ha destinado la mayor parte del presupuesto de este 2025 a la sustitución y plantación de nuevas especies, más robustas y de menor combustión, así como la limpieza de los aledaños de diferentes fincas y carreteras. Puntos ‘calientes’ que, de suceder un incendio, podrían convertirse en tragedia. Además, este año han incrementado su vigilancia, más aún en los meses de junio y julio con las olas de calor vividas. Pero reconoce que otros puntos, más en el monte profundo, deben de ser tocados lo menos posible y así que animales como jabalís o zorros vivan en libertad y sin inconvenientes. “No podemos hacer del monte un jardín y que esté perfectamente cuidado. Hay una ley de la Xunta que prohíbe la limpieza en algunas zonas”, aseguró Álvarez. La ventaja con la que cuentan, según el presidente, es tener focalizados desde 2017 los puntos conflictivos, aunque reconoce que algunas instalaciones eléctricas en pleno monte han dado algún susto al no estar en perfectas condiciones.
Herida abierta desde 2017
Los graves incendios en 2017 dejaron una honda preocupación en las comunidades de montes. En este 2025, admiten que este verano recuerda mucho a aquel periodo, pero con una prevención mucho más exhaustiva. El calor en los últimos diez días provocó que la maleza no recogida se secase, y las lluvias de invierno y primavera hizo que plantas y árboles se desarrollasen aún más. Esa humedad actúa como escudo protector, al menos de momento. Víctor Manuel Vidal aseguró que, de prolongarse esta sequía en agosto, los últimos días del mes “se pueden complicar mucho. Vamos a necesitar que llueva dentro de poco”.
Sin embargo, las previsiones indican que el calor seguirá golpeando y se cumplirá la regla de los 30 (más de 30 grados de temperatura, vientos superiores a 30 kilómetros por hora y menos de un 30% de humedad). Un caldo de cultivo peligroso para los montes.
"No hay recursos, limpiar todo el monte es innacesible"
La dificultad para evitar incendios no reside solamente en las complicaciones para las labores de limpieza, sino también en contar con la financiación económica suficiente como para poder abarcar todo el espacio natural. “Lamentablemente, no podemos darle a todo, no actuamos ni en la mitad de todas las hectáreas que tenemos”, admitió Víctor Manuel Vidal sobre la hoja de ruta de este año. De 230 hectáreas que consta el terreno en Chandebrito, solo se han podido limpiar y adecentar 80. Y pese a ello, aseguran que se sienten mejor preparados que en años anteriores. “Toquemos madera para que no pase nada, porque asegurar el 100% sería un desembolso económico inviable”, indicó. Ya solo para el anillo alrededor del núcleo urbano fueron destinados algo más de 20.000 euros, el 50% de todo su presupuesto.
Una visión que comparten en Valadares. Piden más financiación para no tener que contabilizar al céntimo cada actuación. “Ya solo una limpieza estándar se nos puede ir a 5.000 euros”, recalcó Gregorio Álvarez. Por tanto, solicita a Concello y Xunta que colaboren con más dotación presupuestaria para no verse en situaciones difíciles y que se repita lo del 2017. “El dinero da para lo que da. Luego, tenemos que apoyarnos en los vecinos”, admitió. Tanto, que la actuación vecinal ya solucionó un pequeño conato de incendio en el mes de junio, provocado por la “dejadez” de alguna parcela y que fue apagado prácticamente (con la ayuda de los bomberos) por los vecinos de la zona.
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