Cuando el circo se instalaba en el centro de Vigo
Episodios vigueses
El 14 de junio de 1935 la ciudad de Vigo, donde era muy popular, le rindió homenaje para celebrar sus bodas de oro con el circo y cedía la dirección a su hijo Manuel Feijoo
Vigo ha tenido históricamente una especial vinculación con la empresa Feijóo, luego fusionada con Castilla, dando lugar a la famosa sociedad que administraba el Circo Americano y el Price de Madrid. Hasta el punto que en determinada efeméride de la compañía de origen ourensano se celebró en la mismísima Alameda. Secundino Feijoo López, fundador de la saga, naciera en 1870 en Vilanova dos Infantes, Celanova. Inicialmente era un modesto músico, hasta que a partir de 1890 funda su empresa. Cuentan las crónicas que él personalmente salía a la pista con cuatro vacas amaestradas, que bailaban al son de su gaita. Se vestía de luces y las vacas se hacían pasar por toros.
El 14 de junio de 1935 la ciudad de Vigo, donde era muy popular, le rindió homenaje para celebrar sus bodas de oro con el circo y cedía la dirección a su hijo Manuel Feijoo, que años después crearía el Circo Americano y regentaría el Circo Prince en Madrid. En la prensa de comienzos de siglo se anuncia como “Compañía Internacional, Ecuestre, Gimnástica, Acrobática, Excéntrica, Cómica y Taurina”. Estaba integrada por cuarenta artistas, doce caballos, dos bravos novillos y el popular burro cantor Rigoletto “. En Vigo, los circos han tenido diversos emplazamientos. En la zona donde ahora se halla la calle Reconquista, en las inmediaciones de la calle Venezuela, en una parcela de Orillamar hoy parcialmente ocupada por una empresa y en la calle Coruña, donde se celebró en los años ochenta el homenaje de la ciudad de Vigo a los famosos Hermanos Tonetti.
En 1946 se creara la empresa de espectáculos Feijoo-Castilla que derivó en el “Circo Americano”, con dos compañías, una viajaba por el centro y norte del país, y la otra por el sur de España y norte de África. Tenían unos 500 empleados, de los cuales más de 320 eran artistas. Se transportaban tanto en 30 unidades motorizadas con un peso de 480.000 kilos, como en ferrocarril con otros 30 vagones que pesaban unos 150.000 kilos de material diverso. Contaban con un zoológico de 100 animales para los espectáculos y la exhibición, que incluía leones, tigres, osos, leopardos, panteras, serpientes, hienas, caballos, monos, lobos, hipopótamos y focas, y cuyo gasto de alimentación era de aproximadamente unas 20.000 pesetas diarias En 1960, la empresa Feijoo-Castilla asumió la dirección del Circo Price estable de Madrid de Plaza del Rey y del ambulante que viajaba por España. Hicieron una reforma a la sede madrileña, donde actuaron compañías de circo de Hungría, Bulgaria, Checoslovaquia y espectáculos artistas, como Pompoff y Thedy, Nabuconodosorcito, Zampabollos, Gaby, Fofó y Miliki, Ángel de Andrés, Juanito Valderrama, Dolores Abril, Antonio Molina, Paquita Rico y hasta el Dúo dinámico
Los mayores guardamos en nuestra memoria el recuerdo del gran “Circo Americano”, tras el proceso de fusión de las empresas de Feijóo y Castilla, el otro de los grandes empresarios de circo. A lo largo de su historia, el mundo del circo en Galicia ha dado singulares personajes, como aquel domador que usaba el sonoro nombre de Karpoff y sus leones de Abisinia y era de Celanova. Además, el gerente del Circo Feijóo era otro ourensao, Gustavo Rego que era de San Pedro de Moreiras.
Una de las mejores ideas de la época de Manuel Soto como alcalde fue el homenaje que se rindió a los Hermanos Tonetti, de lo que ya les he contado, lo que nos dio la oportunidad de conocerlos de cerca. Eran de esos personajes humanos que destilaban humor y bonhomía, por lo que, sin duda, fue un regalo no sólo haber disfrutado de sus funciones, sino tratarlos directamente. Eran santaderinos y se llamaban José y Manolo Villa del Río. Este último era el augusto, el de la cara blanca, y el otro, el clown, que es el personaje más divertido que hace las jugarretas al otro. Les pregunté cómo era posible que en cada ciudad supieran las cosas comentables que le servían para sus chistes y parodias. Y me contaron que el truco estaba en que cuando planificaban una ruta se iban haciendo previamente con periódicos del lugar a través de los cuales se enteraban de la vida local. Así que ya saben de dónde los Tonetti sacaron algunas de sus historias, entre las que la más famosa fue la célebre parodia de “la pescantina”.
No deja de ser una triste historia que un personaje que tanto nos hizo reír como Manolo, el de la cara blanca, afectado por una terrible depresión, se quitara la vida en 1982. José, el querido personaje que tanto nos hizo disfrutar a todos falleció a los 83 años de un infarto cerebral en el año 2004 y sus cenizas fueron arrojadas al mar en la costa santanderina. Siempre he pensado que, en la zona de Orillamar donde se colocaban los circos en los últimos años, si hubiera sensibilidad para ello, debería colocar una placa que recordara todo lo que fue aquel espacio en la historia de la ciudad.
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