Un cineasta vigués, en la selección de Sinais de la S8

Borja Rodríguez Gimeno participó en la Mostra Internacional de Cinema Periférico con dos piezas experimentales

Publicado: 15 jun 2025 - 06:00 Actualizado: 15 jun 2025 - 11:05

Borja Rodríguez proyectó dos películas en la cita coruñesa S8.
Borja Rodríguez proyectó dos películas en la cita coruñesa S8.

Los cortometrajes “Madrid” y “Bologna” fueron seleccionados por la Mostra Internacional de Cinema Periférico S8, de A Coruña, una de las citas indispensables del calendario gallego con el audiovisual. Ambas obras, realizadas en rodaje analógico, son del cineasta Borja Rodríguez Gimeno, el único representante vigués en la sección Sinais para creadores emergentes.

La primera película forma parte del proyecto PocketBook Films (PBF), donde se establece un vínculo entre la imagen y el libro editado. “Hice una convocatoria abierta para que los que quisieran participar en un casting en El Retiro, a donde debían llevar su libro favorito; sin decirles nada y de manera intuitiva, lo primero que hicieron fue poner en movimiento el libro, dejando pasar las páginas”. Rodríguez acepta la etiqueta de cineasta experimental, aunque con matices, “la pieza es simple, lo que ves es lo que hay”. En la obra inaugural del PBF retrata al individuo a través de su lectura. Juega con el rostro, con la textura del papel en contraste con la naturaleza que le rodea. “Los convoqué en El Retiro porque es un lugar abierto, de tránsito, son los espacios que me interesan, no tendría sentido que me encerrase en un estudio”.

Su segunda propuesta, “Bologna” es en realidad una película sonora, sin imagen. “Durante una residencia artística visité la ciudad en un solo día y me encontré con una pantalla de cine monumental que iba a acoger por la tarde las proyecciones del festival Ritrovato. En ese momento la plaza estaba vacía. Me senté y empecé a escribir”. Con ese texto y con la colaboración de Andrea Van Eyck, que le puso voz, grabó la lectura en voz alta, sin imágenes. “La exhibición en el Palexco funcionó muy bien, con la sala en total oscuridad y la pantalla en negro”.

Con un discurso marcado por la visión artística, el autor señala la sala de cine frente a la galería como espacio para sus obras. “Vengo del cine y aunque he tenido experiencias performáticas, el ritual de la sala de exhibición es lo que da sentido a mis producciones, además, respeto mucho a los artistas, nunca me denominaría así”. Alude a la estética heredada del género, las butacas, la imagen proyectada, la luz (o la falta de luz) y a las personas ocupando el espacio. “El cine es una herramienta más de expresión, como las piezas de un puzzle”. En el aire queda las eternas preguntas: ¿Cuándo una obra es cine?, ¿cómo hacer que una obra se convierta en cine? Salvo “Bologna”, que es digital, apuesta por la técnica más “artesanal”, el S8 y actualmente, trabaja en 16 milímetros.

El cine y su proyección, una experiencia global

Hay algo en la producción de las películas que lleva a la puesta en común, eso me motiva mucho”. Borja Rodríguez filma todas sus piezas y cuando puede también las proyecta. “Con el analógico se establece un tipo de relación con lo que supone la luz en la oscuridad que no sucede con el digital”, apunta. Le interesa lo efímero, el tiempo en que la película aparece en la gran pantalla y llega al mismo tiempo a los espectadores, a la colectividad. “Más que el contenido es la idea de juntarse para vivir una experiencia, es esa faceta pública del cine lo importante”. Es consciente de que con este trabajo nunca va a llegar al gran público, ni al circuito comercial. “Estos proyectos asientan las bases del futuro, pero no en términos estilísticos, ya que no busco hacer lo mismo dos veces; intento encontrar un hilo conductor entre una cosa y la siguiente”.

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