Cíes, un campo líder en Europa

nnn Los campos de voluntariado medioambiental de las Islas Cíes y el cultural de Atapuerca son los más solicitados a nivel nacional e internacional, con decenas de jóvenes de 18 a 30 años de todo el mundo que piden entrar.

Cíes echó el telón la semana pasada y completó un año más sus 120 plazas, que se distribuyen en cuatro turnos en julio y agosto. Se les conoce desde hace años como la “marea rosa” o el “pink power” por el color de sus camisetas.

Durante 12 días jóvenes de distintos países y lenguas conviven en la incomodidad de una isla, donde agua y electricidad son bienes escasos, pero con el privilegio de estar en un parque nacional e inmersos en la naturaleza. Lo habitual es que un tercio sean gallegos, otro tercio de otras comunidades autónomas y el resto extranjeros.

Han llegado a tener desde una estrella de rock turca hasta una atleta rusa que un día antes había ido a pescar al hielo de Siberia con su padre o voluntarios qeu venían de Corea del Sur.

Existen cuatro líneas de trabajo fundamentales en este campo, que nació hace cuatro décadas y es de los más antiguos de Europa. En primer lugar realizan trabajo medioambiental en colaboración con los guardas forestales que consiste en preparar el terreno para la reforestación y para sustituir las especies alóctonas (o invasoras) por autóctonas. Este año hicieron por ejemplo 350 hoyos de medio metro por medio metro para repoblar en primavera.

Otro de los pilares de este voluntariado es la concienciación de las nuevas generaciones con un teatro de marionetas que tiene al cangrejo Roberto de protagonista.

Una tercera ocupación es la limpieza de los residuos que llegan a las playas, una tarea que se completa con la caracterización de la basura para saber su procedencia y las posibles medidas a adoptar, y que también incluye a la isla sur (Isla de San Martiño), que está “vetada” para los visitantes. Si hasta ahora la campaña de limpieza se había centrado en las colillas, en los dos últimos años se ocupan de los microplásticos.

En cuanto a las colillas, se registró una mejora importante puesto que en el año 2010 se habían recogido 50.000 y ahora son 1.800

Por último, realizan trabajos de divulgación a través de las redes sociales y en contacto directo con los visitantes, con campañas como “sabías que” en la que dan información como por ejemplo que una colilla tarda 15 años en degradarse.

A mayores cuentan con un programa de actividades de tiempo libre, desde kayak, buceo, rutas guiadas, obradoiros o una visita a Baiona donde muchos prueban el pulpo por primera vez.

El campo de Cíes se desarrolla bajo el paraguas de la Dirección Xeral de Xuventude, Participación Social e Voluntariado, en estrecho contacto con el Parque Nacional Islas Atlánticas que depende de la Consellería de Medio Ambiente.n