Las Cercanías avanzan, pero todavía están lejos

El Gobierno todavía no ha sido capaz de reponer los servicios desaparecidos, como el Vigo-Tui o el Vigo-Ponferrada

Pasajeros en la estación de Vigo-Guixar, futura de Cercanías.
Pasajeros en la estación de Vigo-Guixar, futura de Cercanías.

A punto de cumplirse dos años de la firma del acuerdo por el que el BNG le otorgó su voto para la investidura de Pedro Sánchez al PSOE, el diputado de la formación nacionalista gallega, Néstor Rego interpeló al Gobierno sobre el estado de los trenes en Galicia. Una manera de decir “Y de lo mío, ¿qué?”. Aquel acuerdo vinculaba el cumplimiento de 12 puntos relativos a la modernización ferroviaria de Galicia que deberían empezar a verse materializados en esta legislatura, prácticamente todos relacionados con los servicios ferroviarios interiores: realización de un estudio para implantar servicios de cercanías, al menos entre Vigo y Pontevedra y A Coruña y Ferrol, restitución de los trenes obligación de servicio público que habían sido suprimidos durante la pandemia, acelerar la salida sur de Vigo y la conexión con Portugal, mejorar la calidad de los trenes que realizan la conexión entre Vigo y Oporto, etcétera.

Puente aseguró que están en ello. Al menos en lo que a las cercanías se refiere, pendiente de que se concluya el estudio encargado por el ministerio, que espera presentarlo antes de 2026. El estudio trabaja sobre la base no de dos líneas como le pedía el BNG, sino de cinco: cuatro en ancho ibérico, tres de ellas por el litoral, una interior que no concreta su recorrido y otra de vía métrica que, de hecho, es la única que existe actualmente como servicio de cercanías en Galicia, entre Ferrol y Ortigueira. Reconoció Puente en la comparecencia, que la demanda es alta, aunque la utilización de los servicios públicos es baja. Desgranó todas las obras que se están realizando en estaciones, en líneas, los estudios de la salida Sur, del tramo entre Porriño y Portugal, para dar continuidad al eje atlántico y conectarlo con la futura línea de alta velocidad portuguesa, Cerdedo, etcétera, asegurando que si las cosas van lentas es por las dificultades técnicas que impone la orografía gallega.

Sin embargo, no respondió a un asunto que no requiere de complejidad técnica y que también forma parte del acuerdo de investidura: la reposición de los trenes obligación de servicio público que, suspendidos durante la pandemia, no han sido restituidos. A Vigo le afectan ocho diarios: cuatro a Tui, la única ciudad de Galicia que tiene estación y por la que los trenes pasan de largo sin parar, desde que se suprimieron las cuatro circulaciones diarias Vigo-Valença. Dos en el servicio Vigo-Ponferrada, con paradas en todas las estaciones cuya desaparición ha dejado a localidades como O Porriño, Guillarei, Salvaterra, As Neves, Ribadavia, etcétera, con un horario de un tren por sentido que es incompatible con cualquier actividad que requiera de un desplazamiento y regreso en el día. Tal como está ahora, el horario (y nunca mejor señalado en singular porque solo hay un tren por sentido), no cumple con su cometido de servicio público.

Los servicios de cercanías resultan necesarios, sobre todo, para los habitantes de muchas poblaciones que cada vez tienen más difícil llegar Vigo con su coche y lo tendrán todavía más cuando se active la zona de bajas emisiones (en principio, dentro de unos meses). Pero ¿cuándo llegarán? Si hasta ahora han sido incapaces de restituir los trenes todavía no recuperados desde la pandemia, crear toda una red de cercanías parece todavía un objetivo muy lejano.

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