Castrelos se entrega a los misterios del lejano oriente de Turandot

El auditorio de Castrelos revivió ayer por la noche la historia de amor de la princesa china Turandot, obligada por su padre a casarse, con el desconocido príncipe Calaf. La ópera, firmada por Giacomo Puccini, encandiló al público vigués, que se entregó especialmente con una ovación al tenor tras su interpretación de la eterna aria ‘Nessun Dorma’ en el tercer acto.

Antes de comenzar la ópera, el alcalde Abel Caballero aseguró que la ópera “se consolida como una de las grandes acciones de Castrelos”. Sobre Turandot, señaló que el año que viene se celebra su centenario, pero que en realidad esta efeméride se celebraba ayer en Vigo. Caballero incidió en que el año pasado hubo una ópera, y este año dos, y que las tres fueron de las que más gente hubo escuchándolas en España. A continuación añadió: “El año que viene ya veremos cuántas”. Aunque el público, emocionado tras aplaudir, pidió traer también alguna zarzuela.

El público aplaudió en dos ocasiones, a la salida de la orquesta, que comenzó a afinar sus instrumentos, y con la puesta en escena de los intérpretes. A continuación salió el director, que recibió una tercera ovación mientras llegaba a la orquesta y saludaba a la concertino con un beso en la mano.

La decoración del escenario incluía dos gradas con tambores chinos, así como máscaras tradicionales colgando del techo. Al fondo, una escalera cubierta por un tejado también de tradición china, sobre la que se posó la princesa Turandot al final del primer acto.

Los intérpretes trasladaron al público a la antigua China, a la ciudad imperial de Pekín. La princesa Turandot es conocida por su belleza fría y su carácter implacable. Tras una antigua historia de violencia y humillación sufrida por sus antepasados a manos de invasores, Turandot jura que ningún hombre podrá casarse con ella a menos que resuelva tres enigmas que ella misma propone. Si el pretendiente falla, será ejecutado.

Muchos príncipes y nobles han intentado la prueba y han perdido la vida, generando temor y tensión en la corte. En medio de esta atmósfera, llega un príncipe desconocido, Calaf, que se enamora perdidamente de Turandot al verla por primera vez. A pesar del peligro, decide arriesgar su vida y responder a los tres enigmas. Contra todo pronóstico, Calaf los resuelve correctamente, lo que le otorga el derecho de casarse con la princesa.

Sin embargo, Turandot se resiste a aceptar su destino y pide que no se celebre la boda. Ella desea conocer el nombre del príncipe para poder matarlo, así que le propone un nuevo reto: si ella logra descubrir su nombre antes del amanecer, él aceptará morir.

Calaf acepta el desafío y se retira para proteger su identidad. La noche se llena de tensión mientras Turandot ordena a sus sirvientes y al pueblo que no duerman y vigilen para descubrir el nombre secreto. Mientras tanto, Calaf confía en su amor y en su misterio. Su aria “Nessun dorma” expresa esa esperanza invencible: nadie sabrá su nombre y él vencerá con la llegada del amanecer.

Finalmente, Turandot no logra descubrir el nombre de Calaf, pero cuando él se revela, ella siente una transformación en su corazón. El muro que la protegía cae y se rinde al amor verdadero.

‘La Traviata’

‘Turandot’ es la segunda ópera que acoge este año el auditorio. La intepretación de ‘La Traviata’ el pasado viernes acogió a 18.000 espectadores, según cálculos municipales. “Esta es una experiencia extraordinaria, porque en Vigo nos gusta la ópera. Mucha gente no la oye nunca, pero cuando la oye, se enamora”, declaró ayer el alcalde, Abel Caballero. A las fiestas de Vigo aún le quedan tres conciertos: el 12 de agosto el musical de La Bella y la Bestia; el 15 de agosto la banda de reggae británica UB40 y el 16 de agosto, la cordobesa India Martínez.