El Carnaval acabó en una crónica de un indulto anunciado

Integrantes de la comparsa decana, Os Tarteiras, como miembros de la curia, velaron la quema del Entroido. En esta ocasión no supuso la destrucción de la figuras. La representación de las obras estrella de la ciudad (las rampas, el estadio de Balaídos o Vialia) y la Navidad de Vigo no podían ser devoradas por el fuego, con lo que se indultaron, como ya era de esperar. Se trata de una opción adoptada hace unos años que poco tiene que ver con la tradición gallega y que recuerda a las Fallas valencianas.

Aquí, un Entroido no finaliza hasta que no es purificado por el fuego y así sucedió. La peana y carteles con los momentos más negros del año como la guerra o Putin y los recortes sanitarios alimentaron la hoguera.

En Porta do Sol se dieron cita numerosos vigueses que disfrutaron de una velada llena de actividades: desde el concurso de disfraces, que llenó de colorido la nueva plaza de la ciudad al concierto de la orquesta La Travesía, que amenizó la espera de la quema con un animado repertorio musical y un espectáculo de luces.

Hoy será el último día de Entroido. Os Tarteiras, de luto riguroso, llorarán al Meco y cantarán las coplas satíricas que durante todas las fiestas fueron recitando por el barrio histórico. La comitiva fúnebre recorrerá el centro de la ciudad, acompañada por la ya icónica Santiña, que una vez más, recordará a un personaje que la comparsa considere “digno” de parodiar.