El Camino de la esclerosis múltiple, a fuerza de voluntad
Los barceloneses Silvia y Eric, madre e hijo, comenzaron ayer en Vigo la peregrinación a Santiago para visibilizar la enfermedad
A empujones. A fuerza bruta. Pero siempre disfrutando de la compañía, los paisajes y la gente. Así harán Silvia y Eric, madre e hijo residentes en Barcelona, el Camino Portugués desde Vigo, comenzando ayer por la mañana desde la Colegiata. Por delante, cinco etapas, donde habrá momentos de emoción, de descanso pero también de acelerar el ritmo o correr incluso. Todo por la esclerosis múltiple, enfermedad degenerativa que sufre Silvia y que la tiene postrada en una silla de ruedas. Eric, muy amigo del deporte, será el encargado de llevar a su madre por los parajes más naturales de la provincia. Por delante, ascensos, bajadas y dolor de piernas, pero no estarán solos. Discamino le acompaña e, incluso, le echará una mano a Eric cuando lo necesite. Partieron de Vigo ayer sobre las 10 horas, Silvia en una silla especialmente diseñada para la ocasión y cedida por la asociación viguesa.
Ambos están acostumbrados a hacer deporte juntos. A correr maratones de más de 20 kilómetros y varias horas de duración. Pero este reto es mayúsculo. “Nunca hicimos una carrera más de un día”, señaló Eric. Más que reto, prefiere llamarlo aventura, una característica que define a la perfección a su madre: “Ella es muy aventurera y siempre quiso hacer el Camino. Pero por una cosa o por otra, no lo hizo. Sé que le hace mucha ilusión y desde hace un año empezamos a planificarlo”. Sin prisas, pero sin pausas. Con momentos para trotar, para caminar, para observar lo bonito de la naturaleza o para hablar con otros caminantes y visibilizar así la esclerosis múltiple. Que todo fluya. “Llamará la atención hacer el Camino en silla de ruedas, pero es importante que se conozca porque mucha gente sigue pensando que mi madre sufre de ELA y no es así”, aseguró Eric, quien indicó que hablarán con todos los peregrinos que se crucen en su camino y arrojarán un poco de luz a la enfermedad que sufre su madre desde hace 25 años. Eso sí, harán una pequeña ‘trampa’ y no dormirán en albergues. A cada tramo realizado, regresarán a Caldas de Reis en coche para descansar y dormir allí. Luego, un coche vuelve a llevarlos por la mañana a su punto de partida.
Eric conoció la enfermedad de su madre con 14 años, aunque ya se la habían diagnosticado siete años antes. “Al principio no tenía muchos brotes, pero poco a poco fue mermando su movilidad”, indicó. El Camino no solo será por y para ella; él también sumará una nueva aventura: “Estoy emocionado por compartir esto con mi madre. Con nervios. Esos aires del Camino hacen que te encuentres contigo mismo. Este año no quisimos esperar más y pusimos mucha voluntad para hacerlo”. Algunos tramos serán más sufridos. Entre ellos, uno en la etapa Pontevedra-Caldas en su paso por San Amaro, con una dificultosa cuesta. Reconoce Eric que necesitará ayuda y mucha planificación para que todo salga bien. “Saldré antes para inspeccionar el terreno. Que no haya ningún obstáculo imposible”, indicó.
Eric ya sabe lo que es hacer running en el Camino. Hace tiempo realizó una de las etapas corriendo. Con muchas amistades por la zona, algunas de ellas le acompañarán en este viaje. Eso le da fuerzas para llevar a su madre y “más manos en los momentos complicados”, indicó a modo de broma. Eso sí, confesó que su llegada a la Praza do Obradoiro será “algo muy especial” y no descartó alguna lágrima de emoción.
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