La calidad del aire, buena pero en riesgo por los coches diésel

Los vigueses pueden respirar tranquilos. La calidad del aire es buena y además mejoró el año pasado respecto al anterior. Así lo asegura el informe anual de Meteogalicia que, no obstante, alerta de dos puntos flacos. El primero tiene que ver con las partículas en suspensión de las emisiones de los vehículos diésel y que deja a algunas zonas en nivel amarillo frente al verde (por debajo del umbral inferior de evaluación). Es algo que también ocurre en A Coruña y, aunque no es alarmante, ya que no modifica los buenos resultados puede suponer una amenaza. La estación situada en la avenida de Castelao, en Coia, es la encargada de medir la calidad del aire y de avisar si el nivel es excelente, bueno o menos bueno.

El otro aspecto en el que Vigo flaquea, sin suspender, es el que tiene que ver con el nivel de ozono necesario para la protección de la salud de sus ciudadanos. En este caso, el informe del Servicio de Meteorología de la Xunta incide en que el área cumple con el límite exigido pero no llega hasta el objetivo marcado, algo más exigente. En otras palabras, la ciudad aprueba pero no saca nota.

Las conclusiones del informe anual fueron presentadas ayer por la directora xeral de Calidade Ambiental, Sagrario Pérez, y la conselleira de Medio Ambiente, Territorio e Vivenda, Ángeles Vázquez, en Santiago. Afirmaron en líneas generales que la calidad del aire en toda Galicia es mejor que en el año de la pandemia y que además la evolución es “favorable”. Sí llamó la atención la conselleira sobre el fenómeno de las emisiones diésel en Vigo y en A Coruña, asegurando que estas partículas son el principal agravante. Vázquez destacó que esos datos "no son preocupantes", pues se tratan de "momentos puntuales" que, aún así, "no superan los valores límite establecidos por las legislaciones".