‘Caldas’, la serie póstuma de Domingo Villar

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Vigo es la localización obligada de la adaptación audiovisual de “El último barco”, dirigida por Jorge Saavedra y protagonizada por Javier Gutiérrez en papel de inspector de policía. Se rodó entre Vigo y Moaña

Un momento del rodaje de la serie Caldas por las calles de Vigo.
Un momento del rodaje de la serie Caldas por las calles de Vigo. | Atlántico

Hemos intentado ser fieles al espíritu de Domingo Villar, pero trasladándolo a un lenguaje audiovisual de una serie de seis capítulos, cambios que él ya conocía y con los que estaba de acuerdo”. Eligio Rodríguez, guionista de “Caldas”, puntualiza que la nueva versión audiovisual de una novela del escritor vigués Villar sí contaba con su beneplácito. El escritor vigués Villar, fallecido inesperadamente en 2022 a los 51 años, siempre manifestó su descontento con el resultado de la película “La playa de los ahogados” (2015), de Gerardo Guerrero, aunque es verdad que de forma discreta.

Por esa razón, David Cotarello, productor ejecutivo, reconoce que les costó convencerlo: “Contamos con la complicidad de uno de los productores de la compañía que lo conocía personalmente y cíclicamente se lo planteaba, hasta que publicó ‘O último barco’ en 2019, ahí le dijimos que era esta la novela, con una investigación y unos personajes mucho más elaborados, era muy adaptable al audiovisual. Tuvimos que insistir, pero al final consistió”.

Y así fue como Secuoya Producciones se puso al frente de un proyecto que sería el regalo póstumo de Domingo Villar a sus fans y que cuenta con la dirección del gallego Jorge Saavedra (“Néboa”, “Matalobos” o “Arcadia”). En medio de una sesión de rodaje, en un piso en pleno ensanche histórico de la ciudad, abrieron este pasado verano el set a los medios de comunicación, después de que su presencia ya hubiese trascendido a los medios y ya fuera conocida por todos.

El guionista, también vigués, confiesa que trabajó los cinco primeros meses mano a mano con el novelista. Reconoce que supuso una gran responsabilidad continuar solo y que el gran secreto reside en que comenzó a escribir con el propio Domingo Villar. “La idea original era haberla escrito entre los dos, empezamos a elaborar el mapa de tramas, fue ahí cuando sufrió el ictus y falleció”. Eligio Rodríguez tuvo que aparcar el proyecto un tiempo para recuperarse de la pérdida repentina. “Habíamos desarrollado una buena amistad. Retomé todas sus ideas, de hecho muchas cosas las creamos entre los dos. Se van a ver historias que no están en el libro, algunas son de Domingo, las que ya tenía pensado para futuras novelas y que incluimos en la serie”.

Rodríguez engloba en el “universo de Domingo Villar”, aspectos inéditos, pero también de sus dos anteriores títulos, “Ollos de auga” (2006) y “A praia dos afogados” (2009) o de un cuento corto que publicó en “El País”.

Como responsable del guión señala como el capítulo más interesante el que dedican íntegramente a conocer a Mónica Andrade, la desaparecida. “Es el que más disfruté escribiendo, estuvimos de acuerdo en que la novela no cuenta nada del pasado de la víctima, así que decidimos crear a ese personaje y trabajamos mucho en eso, fue muy interesante”.

Apunta que en cada capítulo hay tensión, misterio, drama y comedia. “Creo que están muy equilibrados como los libros, va a ser una serie entretenida y con personajes muy interesantes”.

El actor principal también contó con visto bueno del autor vigués: “Esta serie es una novelación del personaje de Leo Caldas que será interpretado por Javier Gutiérrez que estaba entre sus preferencias”, señala Rodríguez.

Con un equipo artístico y técnico predominantemente gallego, del elenco solo trascendieron dos nombres más, el de dos vigueses: Marta Larralde, que curiosamente también trabajó en la película que realizó Guerrero, y el del ya clásico Morris.

Además de la implicación directa de Domingo Villar en el inicio del proyecto, su huella está muy presente al contar con la colaboración de su familia, sobre todo la de su hijo mayor, estudiante de Audiovisual. Incluso dos de sus sobrinos forman parte del equipo técnico, una es la directora de arte, Sandra Pozo: “Este trabajo es muy especial porque es de Domingo y porque es en Vigo, nuestra ciudad; lo hacemos con mucho cariño. Para mí, el espíritu de nuestro tío está presente, lo tenemos en una fotografía en el estudio y siempre lo estamos nombrando. Nos está viendo e intentamos hacer lo que le gustaría”, indicó Pozo.

Una atmósfera cálida

Fieles a la obra de Domingo Villar, Vigo y el mar son también protagonistas, por lo que el rodaje tenía que ser en esta ciudad. “Lo que resultó más complicado fue encajar las fechas, cuadrar la disponibilidad del equipo que queríamos" señala. "Veníamos de un desarrollo largo que al final se ha precipitado un poco por el interés de una plataforma en la serie. Tuvo que ser en verano, que no es el mejor momento porque compartimos espacios con el turismo y la burocracia es más lenta en esta época”, reconoce. Así, Cotarello explicó que tuvieron que rodar en julio a septiembre para poder contar con el elenco y el director elegidos. “Creemos que contribuyó a conservar la esencia de los que Domingo Villar tenía en sus novelas”. El director de fotografía, Johnny Yebra, apunta a una atmósfera con referencias como películas del mundo del thriller como “Zodic” o “Seven”, pero con un toque más cálido. “En Vigo llueve mucho, pero nosotros estamos rodando en verano, por lo que hemos generado una luz que ya cargamos en las cámaras, queremos huir un poco del dramatismo de las típicas series nórdicas con mucha niebla”.

Otro momento del rodaje de la serie “Caldas” por las calles de Vigo en verano.
Otro momento del rodaje de la serie “Caldas” por las calles de Vigo en verano. | Atlántico

"Bajo la protección de Domingo Villar"

Buscaron que los escenarios sean reconocibles. Hay localizaciones obligadas como El Eligio, que accedió a participar en cuanto se cercioró de que estaba de acuerdo Bea, la viuda del escritor. Otro espacio insustituible es la escuela municipal Artes e Oficios, donde dicen que el novelista iba a escribir y que convirtió en protagonista de su última trama. Pero también está Moaña, con el cementerio de Tirán y la casa de Mónica, que en esta ocasión no será la misma que describió Villar en su libro. Así, se suman escenarios naturales con otros recreados como puede ser la comisaria, donde trabaja Leo Caldas. “Domingo describió la que está en la calle Luis Taboada, es un edificio muy chiquitito. Buena parte de la serie transcurre allí por lo que no resultaba operativo compaginar el rodaje con la actividad cotidiana de la policía”, señala el productor. Desde Secuoya Producciones aseguran que la experiencia de rodar en la ciudad está resultando muy satisfactoria. “Hay un buen equipo técnico y todos tienen muy buena disposición a la hora de conseguir permisos y de facilitarnos el montaje. Muchas personas que nos alquilan material o incluso localizaciones son lectores del Leo Caldas o conocían personalmente al escritor, lo que nos facilita los trámites, es como si estuviésemos bajo la protección de Domingo Villar”, apuntó David Cotarello. Requirieron acuerdos con el Concello, la Autoridad Portuaria y Zona Franca, ya que entre los sitios de rodaje hay muchos con restricciones. Además cuentan con el asesoramiento de la Federación Española de Autismo, para construir a uno de los personajes que sufre ese trastorno. Se prevé que “Caldas” empiece a emitirse el año que viene. Escogieron el formato serie por ser el que mejor permite desarrollar a los personajes con la misma profundidad que en la novela. Desde la producción ejecutiva, Cotarello asegura que “El último barco’ es una historia que ha encontrado su forma perfecta de contarse; al trasladarla a una serie de televisión tiene que encontrar la historia perfecta para ello, yo tuve la fortuna de contar con Domingo en los cinco primeros meses de esa búsqueda”.

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