El puerto de Vigo cae al nivel de hace 20 años por la estiba y el PIF

La crisis por la que pasa el puerto vigués tiene cifras: una caída acumulada del 4,3 por ciento en tráficos que se eleva al 5,2 en mercancía general en lo que va de año. En abril, el peor mes desde que hay estadísticas, el retroceso fue del 8,3 en carga en contenedores, que es el sustento fundamental de la actividad económica. Y el panorama puede empeorar con la huelga de la estiba que se inicia el lunes, que con seguridad supondrá nuevos desvíos hacia otros puertos, como ya reconocieron tanto la Autoridad Portuaria como los empresarios que trabajan en la terminal viguesa.

Todo ello deja como resultado que Vigo, de mantener el actual ritmo, cerraría el año con un movimiento estimado entre 3,4 y 3,6 millones de toneladas, unas cifras que no se repiten desde el pasado siglo. En 1999, la Autoridad Portuaria anotó 3,5 millones y al año siguiente, en aumento, se alcanzaron los 3,8 millones. En 2007, el mejor ejercicio de la historia, se alcanzaron las 5,5 millones de toneladas movidas. Dos años más tarde, en 2009, el momento más duro de la crisis económica, la reducción fue brutal, un 22 por ciento, pero pese a ello el año terminó rozando los 4 millones de toneladas. Se mantendría en los siguientes años en general al alza, aunque sin recuperar cifras-récord. En el período enero-marzo de 2016 Vigo movió casi un millón de toneladas. En el mismo de 2017 936.000. En 2006 habían sido 1,17 millones.

Sobre la caída en picado de los tráficos la Autoridad Portuaria confía en que con el protocolo de actuación en el PIF los números comenzarán a verse en positivo, claro que no se esperaba que el conflicto de la estiba volviera a estallar. La Federación de Usuarios ya reconoció que todas estas acciones podrían llegar muy tarde, al menos para recuperar las cargas desviadas a otros puertos, y señaló que estarán a lo que digan los clientes en sus mercancías. Enrique Lopez Veiga reconoce que por evitar problemas en la inspección del PIF de Vigo productos como las colas de rape o el gambón se desviaron a Leixoes y por dicha terminal continúan entrando, como ha pasado con el calamar de China.