El café en Vigo, a precio de capital europea, llega ya a los 2 euros: gran diferencia según los barrios
Cafeterías del entorno de O Progreso, Alameda o Camelias alcanzan precios de capital europea con 1,70 por un expreso y 1,90 por uno grande con leche
El centro de Vigo se acerca a la media europea en el precio del café, con establecimientos que piden hasta 1,8 por un expreso, que llega a los dos euros si es con denominación de origen, 2,50 si incluye leche. A excepción de París y de Londres, donde un solo alcanza los 4,82 euros y los 3,70 respectivamente, el resto de las capitales europeas se mantiene por debajo de los tres euros, con Roma con 2,47; Madrid, con 2,75; Varsovia, con 2,90 o Lisboa, con 2,50. Según la tarificación internacional, Teherán sería el lugar más barato, con 46 céntimos por taza, mientras en países productores como Brasil mantienen su media en 1,90 euros.
Con todo, dentro del término municipal, la oscilación del coste ronda el euro de un local céntrico a uno en el extrarradio. En un mapeo aleatorio realizado por Atlántico, se constató que mientras en barrios como As Travesas o Coia, el precio medio de un expreso está en 1,40, aumenta conforme se avanza hacia el centro con 1,50 en Camelias o 1,70 en López Mora hasta situarse en esas cantidades en O Progreso o en la Alameda, frecuentadas por turistas. Las zonas concurridas como el entorno de Cidade da Xustiza incrementan la factura hasta 1,80 con leche pequeño y 1,90, el grande. Lo mismo sucede en Balaídos, donde en días de partido, hay cafeterías que piden hasta 2,10 por un solo. Samil también se sitúa entre los más caros si se trata de primera línea de playa, con dos euros y 2,20 si se acompaña con leche. La cuenta se reduce 55 céntimos si se cruza la avenida. En el otro lado de la balanza están O Calvario, Teis e Bouzas, con 1,30 son los más económicos. Si se le añade leche supone 10 céntimos más.
Las panaderías con dispensador de café son los establecimientos más económicos, sobre 1,20, acompañados por pastelería. Al mismo nivel se sitúan los servicios en centros culturales o vecinales, mientras que los hoteles de lujo, locales especializados o los denominados de brunch ya sitúan sus tarifas por encima de las dos monedas.
Gran parte de las cafeterías consultadas incrementaron el precio entre 20 y 10 céntimos, en algún caso se subió 5 céntimos con la llegada del nuevo año y los que menos prefieren reducir beneficios y mantener la carta. Para Luis Blanco, campeón internacional de baristas y propietario de Coffee Land, un café por debajo de 1,10 no cubre los costes. Señala el aumento de la demanda y al incremento del precio en los países productores como los causantes de este encarecimiento. “Aún no repercutió en el consumidor, se va a notar en el bolsillo en las próximas semanas cuando se empiecen a ajustar los precios. Para que den las cuentas, un café comercial tendría que estar entre 1,70 o 1,80, y si hablamos de una especialidad no suele bajar de los dos euros y pico”.
Conocedor de primera mano del funcionamiento del mercado, indica que en los últimos años el café verde en Brasil experimentó una subida del 70%, “es mucho, pero antes tenían un coste excesivamente bajo y muchos productores subsistían”. El kilo del café comercial sale a partir de 20 hasta los 30 euros y de los 40 a los 100 en caso de los cafés especiales. El país carioca encabeza en sudamérica como el máximo exportador, junto a Vietnam, que ofrece producto de peor calidad. Afirma que el cambio climático trajo sequía y pestes reduciendo los grados destinados a la exportación. “Sumado a la mayor demanda tanto por consumo doméstico como por la incorporación de Asia, que poco a poco se abre al café, el precio es mayor”.
Para Blanco es fundamental trabajar directamente con los tostadores que importan el café, incluso dan formación para los trabajadores de la hostelería. “Habitualmente una cafetería normal compra a los distribuidores de las marcas y, por desgracia, en muchas ocasiones no saben ni lo que están comprando, les ofrecen un producto a un precio X y se ajusta, sin conocer si sirven granos de Brasil o de Colombia”.
Revolución en el consumo
En la demanda particular, hubo un aumento del café en cápsulas, que también incrementa la demanda. “Por norma general es mejor comprarlo en grano, no creo que la cápsula ofrezca la misma calidad, sin embargo, por limpieza y comodidad ha contribuido a subir muchísimo las ventas”. Blanco señala que esa generalización del consumo doméstico se nota también en la adquisición de máquinas automáticas que muelen y dispensan.
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