Braga acelera como capital tecnológica de la eurorregión

El municipio de Braga albergará en 2024 otras seis multinacionales y empresas tecnológicas, que crearán 500 nuevos puestos de trabajo, según anunció esta semana su alcalde, Ricardo Rio, del PSD (equivalente al PP). Se trata de un paso más de la ciudad portuguesa, la segunda del Norte tras Oporto, para convertirse en líder en tecnología y referente y auténtica capital en la eurorregión, desplazando a otras urbes, como Vigo o A Coruña.

Braga dispone desde hace 18 años del Laboratorio Ibérico de Nanotecnología, una institución creada por España y Portugal que ha sido clave para el lanzamiento de la urbe lusa, en plena expansión. En concreto, Ricardo Rio aseguró durante la sexta Semana de la Economía, que se celebra en Braga hasta hoy viernes, que tan solo la multinacional japonesa GBS creará 200 puestos de trabajo. El grupo español Cibernos apunta a 100 puestos de trabajo, lo mismo que la multinacional GBS de Suiza. El alcalde también destacó la continua caída del desempleo en el municipio, que pasó del 14,7 por ciento a principios de 2014 al 5,6 por ciento en abril de 2023. Además, destacó el cuarto lugar que ocupa Braga en el ranking nacional de exportaciones, detrás de Lisboa, Palmela y Vila Nova de Famalicão. Braga registró, en 2022, exportaciones por valor de 2.500 millones de euros, lo que significa el 3,22% de las exportaciones nacionales.

En cuanto al laboratorio, que ha sido clave para el impulso de la ciudad portuguesa, nació de un memorándum firmado el 19 de noviembre de 2005 en la 21ª Cumbre Ibérica celebrada en Évora entre el Ministerio de Educación español y el Ministério da Ciência de Portugal para la creación y gestión conjunta de un Instituto hispano-portugués de I+D, como iniciativa pionera de un nuevo tipo de cooperación institucional internacional en ciencia y tecnología en Europa. Con un coste de 106 millones (66 millones destinados a la construcción de los edificios y 40 a la compra del equipamiento tecnológico) está situado junto al Campus de la Universidade do Minho, en un terreno municipal de cinco hectáreas donde se encontraba el parque de atracciones Bracalândia.