Begoña Vila: “El nuevo telescopio nos puede ayudar a dar con un planeta parecido a la tierra”

La viguesa Begoña Vila, ingeniera principal de sistemas en la NASA, será nombrada hoy doctora honoris causa por la Universidad de Vigo. El acto tendrá lugar en el edificio Politécnico del Campus de Ourense, a partir de las 12,00 horas.

¿Qué supone para usted que la Universidad de Vigo la reconozca como doctora honoris causa?

Es superespecial para mí. Tengo mi doctorado de Astrofísica de Inglaterra, pero este es el primero que tengo aquí en España y que sea de la Universidad de Vigo, la ciudad de la que soy, hace que me sienta muy honrada. Cuando yo hice la carrera tuve que irme a Santiago, porque era la que había. Además, aunque vengo todos los años, cuando trabajas fuera este tipo de reconocimientos son aún más especiales.

Como dice, usted no pudo formarse en la UVigo. Ahora hay una Escuela de Ingeniería Aeroespacial en el Campus de Ourense, con un nuevo edificio en construcción.

Es una gran oportunidad para los jóvenes. Antes sabía que en Vigo había el grado de Telecomunicaciones. Es un campo que tiene mucho futuro, me parece fenomenal que lo estemos impulsando desde Galicia. He conocido ya a algunos estudiantes y creo que están muy bien preparados. Es una carrera que te prepara muy bien para muchos campos en los que quieras trabajar. Aprendes de mecánica, electrónica, software, programación, seguimiento… Además, aquí en Galicia ya hay unas cuantas empresas que se dedican a lanzar microsatélites o CubeSats.

¿Le gustaría poder ser la mentora de algún alumno de la UVigo?

Por supuesto. Creo que es algo que te rejuvenece, que hace que te acuerdes de ti cuando empezaste. Yo siempre les digo a los jóvenes que trabajen en lo que les gusta, que les motive y que no se desanimen. La vida no es un camino recto, vas dando curvas. Cuando las cosas van bien es muy fácil decir que eso es lo que quieres hacer y que estás ilusionada, pero la vida desde luego te va dando retos y te va dando otras cosas. En esos momentos es cuando tienes que luchar por no desanimarte, pensar que así realmente es como aprendemos, aunque en ese momento no nos demos cuenta.

¿Cómo es trabajar en la NASA?

Yo estoy muy contenta, me siento muy honrada y muy feliz de estar aportando mi granito de arena en la agencia. Es un lugar muy dinámico, con mucha gente muy buena en muchos campos. Cuando se piensa en la NASA, se piensa en astronautas y en astrofísicos. Pero en los telescopios en los que trabajo yo necesitamos mecánicos, gente de software, de electrónica, de óptica… Siempre estás aprendiendo de todos, es un lugar que te inspira para trabajar.

Está trabajando en el lanzamiento de un nuevo telescopio, ¿qué nos puede contar sobre el proceso?

Es el Nancy Grace Roman, el primero con nombre de mujer. Ella fue la primera científica astrofísica jefe en la NASA cuando se estaba haciendo el Hubble -telescopio espacial que orbita la Tierra desde 1990-. Nos va a dar un campo de imagen mucho más amplio, nos va a dar información para intentar entender lo que es la materia oscura y la energía oscura. Además, nos va a dar más planetas. Ahora conocemos unos 6.000 planetas alrededor de otras estrellas. Gracias al Roman tendremos 100.000, que es lo que necesitamos para dar con un planeta parecido a la Tierra. Justo acabamos de terminar la prueba fría, tuve la suerte de ser la directora. En ella intentamos duplicar las condiciones que va a haber en órbita, para comprobar si está todo bien alineado y si la óptica funciona.

¿Cuándo será el lanzamiento?

Lo vamos a lanzar el año que viene, a finales de septiembre o octubre. Pasada esta prueba somos optimistas de que todo saldrá bien. Este lanzamiento es con un cohete de SpaceX, un Falcon Heavy, y será desde el Cabo Cañaveral, en Florida. Con lo cual estoy convenciendo a mi familia a ver si alguno podría venir, que me haría muchísima ilusión.

Cuando se lance este nuevo telescopio, ¿cuánto tiempo podría pasar hasta que tuviésemos algún resultado?

Una vez se produzca el lanzamiento empieza un periodo que llamamos de comisión para calibrarlo, encender los instrumentos y ver que está todo bien, son de tres meses. Una vez pasado ese tiempo empiezan las operaciones con búsqueda de objetos y seguimiento, pero entonces tiene una vida mínima de cinco años, que esperamos que sean diez o incluso más. El siguiente telescopio sería el de mundos habitables, si no los hemos encontrado antes.