Beade y Matamá, los primeros montes con coto micológico

Los comuneros pusieron en marcha una experiencia piloto en la que se acondicionaron 19,5 hectáreas para el cultivo de setas, que se podrán recoger solo con permiso

Montes de Vigo organiza salidas tanto en otoño como en primavera. Ayer hubo una por el parque de O Vixiador organizada con el Concello.
Montes de Vigo organiza salidas tanto en otoño como en primavera. Ayer hubo una por el parque de O Vixiador organizada con el Concello. | Vicente Alonso

El cultivo y recogida de setas se puede convertir en una actividad de rendimiento económico y aprovechamiento de las superficies forestales. Esta es la idea del proyecto piloto en Matamá y Beade, que continuará el próximo sábado con otra jornada de cultivo dentro del Aula Micolóxica de Montes de Vigo.

La idea de coto micológico rompe con la filosofía de libre acceso sin permiso de los comuneros. “Es una forma de educar en la gestión de los recursos”, afirman fuentes de Montes de Vigo. Peones forestales e integrantes del Club de Ciencias del IES de Beade micorrizaron 43 hectáreas de terreno y trataron 456 árboles. Se inoculan raíces de pinos y frondosas con boletus y lactarius, además de troncos con shitake.

En cuanto a Matamá, se hicieron trabajos previos de acondicionamiento en 19,5 hectáreas, que continuarán con el proceso.

Se engloba en el programa de gestión sostenible de los montes, con apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica.

La desestacionalización de la cultura de las setas

Desde el Aula Micolóxica de Montes de Vigo fomentan actividades para desestacionalizar la recogida de setas. La salida prevista para este mes se aplazó al día 24 por lluvia. Se identificarán especies propias de la primavera, como la cantarela o Russula. También especies viables para cocinar como el perretxico o la sendeiriña.

También se buscará la amanita vinosa, comestible cocinada, pero tóxica si se consume cruda.

En primavera hay especies sin relevancia gastronómica, de pequeño tamaño y tonalidades marrones. También setas venenosas como la amanita, por lo que es imprescindible solo recoger lo que se conoce.

Un club de amigos, el apoyo social a las forestas

El proyecto de biodiversidad en Vigo da especial importancia a la implicación ciudadana en la conservación de los parques forestales como recursos que benefician a todos. Por ello se creó el Club de Amigos del Monte, que participa en las actividades. El año pasado se hicieron ocho propuestas con 116 participantes en total.

En Andainas como la de ayer, se ofrece programación familiar que fortalece el club de amigos.

Además de cursos formativos dirigidos a la ciudadanía, también se organizan para los peones forestales contratados, tanto por comunidades de montes como por el taller dual. Serán cuatro jornadas formativas desde la próxima semana. En cuanto a la micología, también habrá talleres en Beade y Matamá para los comuneros.

Otra pata del proyecto desarrollado en los parques forestales vigueses es la definición de acciones recreativas y culturales, así como fuentes híbridas y captación de CO₂.

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