Baiona participó en la beatificación de la Madre María Clara en Portugal

Georgina Troncoso relató cómo fue sanada por la monja ante miles de personas y decenas de vecinos del Miñor

El Estadio del Restelo celebró ayer la celebración de la beatificación de la Madre Maria Clara con una nutrida representación gallega llegada desde Baiona y Tui, dos de los lugares en los que está presente la Congregación de la Hermanas Hospitalarias. La baionesa Georgina Troncoso Monteagudo, cuya milagrosa sanación fue determinante para beatificar a la monja lusa, fue una de las protagonistas de una ceremonia multitudinaria.

Publicado: 22 may 2011 - 13:39 Actualizado: 10 feb 2014 - 12:38

Los pañuelos con el símbolo de la beatificación llenaron en la tarde de ayer las gradas del estadio del Restelo, en la capital portuguesa. Foto: Sergio Lemos
Los pañuelos con el símbolo de la beatificación llenaron en la tarde de ayer las gradas del estadio del Restelo, en la capital portuguesa. Foto: Sergio Lemos

Fue la primera vez que la diócesis de Lisboa acogió un rito de beatificación después de que el Papa Benedicto XVI permitiese celebrar la ceremonia lejos de Roma, como era habitual hasta hace poco. El estadio se convirtió en una gran fiesta en la que fueron repartidos 15.000 bolsos que contenían el guión de la celebración, un pequeño libro obra de António Couto, obispo auxiliar de Braga; un pañuelo con el símbolo de la beatificación y la oración para pedir la canonización de la hermana María Clara.

Antes de la misa, llegó el turno que tanto esperaba Georgina Troncoso para explicar su curación milagrosa por intercesión de la Madre María Clara. También hubo tiempo para hacer una “referencia a los niños y adolescentes” presentes en la celebración cuyo nacimiento es atribuido a la intercesión de la religiosa. Entre la varios centenares de niños presentes, había una particular atención para un grupo de diez bebés que estuvieron en un lugar predominante

Rito de beatificación Después del acto penitencial, llegó el rito de beatificación. El cardenal-patriarca de Lisboa, José Policarpo, y la vice-postuladora de la causa de la Madre María Clara, la hermana María Lucília Carvalho, se dirigieron al alcalde de la Congregación para las Causas de Santos, el cardenal Angelo Amato, y pidieron que se procediese a la beatificación de aquella que hasta al rito de ayer era calificada de “venerable sierva de Dios”.

La hermana Maria Lucília Carvalho leyó entonces una síntesis biográfica de la futura beata, antes de que el cardenal Amato pronunciara la Carta Apostólica en la cual Papa Benedicto XVI inscribe en el álbum de los beatos la sierva de Dios.

Georgina Troncoso estudió en el colegio Virgen de la Roca que atendían las monjas y recibió de ellas una estampa de la Madre Clara, a la que rezó hasta que fue sanada del pioderma gangrenoso que padecía. “Yo lo tengo muy claro, fue un milagro, para mí no tiene otra explicación y para los médicos tampoco”, aseguró. La enfermedad que sufrió se remonta a finales de 1968, cuando trasladaba objetos junto a su hermana. Durante 34 años necesitó curas diarias hasta que en noviembre de 2006 sanó.

Contenido patrocinado

stats