Arte en papel doblado a mano

La papiroflexia, o el arte de hacer figuras doblando papel, es una de las protagonistas del fin de semana en Vigo, ya que la ciudad –concretamente el Hotel Coia– acoge desde el jueves y hasta esta misma tarde la convención anual de la Asociación Española de Papiroflexia.

A pesar de tratarse de más de un centenar de aficionados –llegados desde toda España e incluso de países como Portugal o Argentina–, los salones del hotel dedicados a este evento internacional, que consiste en su mayor parte en talleres donde los asistentes aprenden a realizar piezas de diferentes dificultades, están en el más absoluto de los silencios. Es la calma, concentración y paciencia que este peculiar hobby requiere y que entrenan de la mano de los ‘profesores’ invitados.

Dichos invitados son algunos de los mayores expertos de esta arte a nivel internacional, como el surcoreano Yoo Tae Yong, que ayer dedicó toda la mañana a enseñar a varios grupos de aficionados a crear una de las figuras más complejas de la convención: un bebé conejo con todo lujo de detalles y confeccionado con una sola hoja de papel. La brasileña Yara Yagi enseñó a los asistentes una figura que, precisamente, muestra la otra vertiente de esta arte efímera, que consiste en piezas elaboradas con varios módulos independientes unidos. En este caso, se trataba de un conjunto de rosas y sus respectivas macetas, algo más sencillo de confeccionar que la figura del experto surcoreano.

La organizadora del congreso, Carolina Nogueiras, explica en declaraciones a este periódico que desde la asociación están “encantados” con la experiencia en Vigo, donde además aprovechan para colaborar con la ONG Bicos de Papel de una manera muy original: los participantes en la convención decoraron todo el hotel con guirnaldas llenas de figuras hechos por ellos mismos y que cualquier persona puede coger a cambio de un donativo.

Nogueiras explica que este hobby atrae tanto a pequeños como a mayores, aunque en la convención el público más numeroso son los jubilados “porque tienen más tiempo”, bromea. Aunque muchos de ellos no se conocían personalmente hasta llegar a Vigo, ya forman parte de una misma familia unida por el arte de la papiroflexia.