El arco visigodo de Bande que se puede visitar en verano
verano
20.000 visitas al año para conocer la singular iglesia, única en Galicia, cuya apertura depende de una vecina
El arco de herradura de la iglesia visigoda de Bande es clave en la historia: construido en el siglo VI-VII, prueba que el Islam se inspiró en él y lo divulgó por el mundo como seña de identidad de su arte. Pero era una invención anterior, que se puede visitar en la pequeña aldea de Santa Comba, a unos 10 kilómetros en dirección Portugal desde la villa que da nombre al ayuntamiento ourensano. El desplazamiento vale la pena (unos 90 minutos desde Vigo por dos autovías, la de Ourense y la nueva hsata Celanova), pero hay un "pero". Para entrar en el interior del templo hay que llamar por teléfono a una vecina, de nombre Marisé, quien de forma totalmente altruista y voluntaria se ofrece para abrir las puertas y explicar el interior.
Pero no siempre está disponible y a menudo los visitantes se quedan con las ganas de conocer un lugar muy especial. Ella misma recuerda que la iglesia, pese a su importancia histórica -es la única en Galicia - no ha sido restaurada a fondo desde 1932, cuando se rehabilitó. La actuación más importante fue hace 20 años y desde entonces la estructura se ha debilitado. "Cuando llueve, parece que cae tanta agua dentro como fuera", se lamenta. Y señala que cada año unas 20.000 personas -probablemente más- visitan Santa Comba, llegando desde todos los puntos de España y cada vez más lejos en Europa. Porque en Bande, además de la iglesia visigoda, están las ruinas mejor conservadas de un campamento romano, el de Aquis Querquennis, a apenas medio kilómetro, y muy cerca unas termas del mismo origen. Todo ello conforma un paisaje singular, muy interesante, pero visitable en un caso gracias a la voluntad de Marisé y en otra a la presa de As Conchas: en invierno sube el nivel y cubre las termas y buena parte del campamento queda también anegado.
Añade la vecina de Bande que mucha gente aporta algunos euros tras su visita y con eso y con algunas bodas van consiguiendo que la iglesia se mantenga y se puedan hacer algunas reparaciones. Pero no llega. Un auténtico tesoro, y no sólo por el arco visigodo, sino también porque allí estuvieron los restos de un santo, que tuvieron que ser trasladados cuando las razzias árabes. O por los pilares, que no son sino restos romanos del vecino asentamiento de la Legio VII reutilizados por los hábiles canteros germánicos. n
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