Tres años de una pesadilla

Era 12 de agosto, el último día de la decimoséptima edición del festival O Marisquiño, uno de los eventos de cultura y deportes urbanos más importantes del país. El cantante de hip hop mallorquín Rels B salió al escenario y empezó a actuar. “Llevaba menos de dos minutos de canción y la plataforma cayó”, recuerda Romina Martínez, testigo del accidente. El Paseo de As Avenidas, en el que estaba la mitad de los espectadores, se derrumbó. Los asistentes comenzaron a caer unos encima de otros, quedando sepultados bajo una masa de gente y escombros. Más de 400 personas resultaron heridas -la mayoría leves- y no hubo ninguna víctima mortal.

Este 2021 es el tercer aniversario del accidente. Romina Martínez, de 20 años, estaba en el concierto cuando el suelo se vino abajo: “Fue todo tan rápido que no te daba tiempo a pensar en qué estaba pasando”. Los muros de hormigón que soportaban las tablas de madera cedieron, haciendo que el paseo se partiese a la mitad. La parte central se hundió por completo, dejando los extremos elevados. “Dependiendo de la zona en la que te hubieses caído, estabas más abajo o más arriba. En la parte de atrás y en la de delante se podía subir más rápido. Las personas que estaban en el medio, al haberse caído en vertical la plataforma, estaban mucho más profundas y había mucha más gente”, recuerda la testigo del accidente.

El Paseo de As Avenidas se desplomó tan rápido que el público ni siquiera era consciente de lo que ocurría. Romina se encontraba en medio de la rambla, en la zona más hundida, cuando el caos comenzó. Los asistentes cayeron unos sobre otros, quedando atrapados entre la muchedumbre. “Yo me caí encima de gente, se me cayó gente encima...”, empieza relatando, para continuar: “Me estaban estrujando mucho el cuello, pensé que se me iba a romper. Tenía al lado a mi pareja y le empecé a golpear para que me dejara un poco de sitio pero él también tenía mucha gente encima y no podíamos salir, seguía cayendo más gente”.

En apreciación de Romina, cuando llegaron las fuerzas de seguridad y sanitarias apenas quedaban personas atrapadas: “La mayor parte la hicieron las personas de ahí porque fueron los que estaban en el momento. Ayudaron todos a sacar a la gente como podían, se agarraban unos a otros...”.

Ella salió ilesa del accidente, excepto por una pequeña cicatriz en la rodilla, aunque hubo víctimas con heridas un poco más graves. “Cuando salí tenía la chaqueta manchada de sangre de otra persona que se me había caído detrás”. Su pequeña lesión curó rápido, pero el susto duraría un poco más de tiempo. Una semana después, Romina fue de viaje a Valencia, mientras paseaba por un camino de madera el suelo crujió y un recuerdo se le vino a la mente: “Pensé que me iba a caer otra vez”. Tras tres años del accidente, todo quedó en pesadilla, pero Vigo aún recuerda la tragedia que pudo haber ocurrido.