Anatomía de un colapso diario
Coches aparcados en paradas de bus, enfermos cruzando sin pasos de cebra o ambulancias que no pueden pasar
El catálogo de infracciones de tráfico es numeroso en el entorno del hospital Meixoeiro. Desde vehículos aparcados en arcenes delante de una señal de prohibido estacionar, a coches en paradas de autobús difultando el paso de los mismos, así como peatones, muchos de ellos con dolencias, que atraviesan la calzada por el medio ante la falta de pasos de cebra.
Uno de los testigos diarios de este descontrol es Jacobo, uno de los propietarios del Asador Rancheiro, en frente del hospital y que lleva 25 años viviendo en la zona. “Hace un año hice fotos y remití una queja al Concello a través de la sede electrónica”, explica este vecino, preocupado por la seguridad vial en este entorno, que lo califica de “desmadre”.
“Todos los días cruzan decenas de personas en sillas de ruedas, con muletas, bastones, embarazadas… allí por el medio de la calle”, lamenta Jacobo en conversación con Atlántico.
A todo esto se suma el mal estado de la infraestructura. “Hay una acera con un socavón enorme, y encima aparcan los vehículos”, añade este vecino de la zona.
Al colapso del tráfico en la ‘almendra’ del hospital se suma también, en las horas punta, el atasco en la rotonda con el parque comercial y las dos salidas que llevan a la autovía A55 en dirección O Porriño o Vigo. Y es que aunque al Parque Comercial se puede acceder desde dos salidas de la autovía, para poder volver a la A55 desde las grandes superificies es necesario pasar por esa rotonda, lo que aumenta aún más el flujo de coches.
La imagen de colapso del entorno del Meixoeiro dista mucho de la buena organización del tráfico en el hospital Álvaro Cunqueiro. Allí se construyó un un aparcamiento subterráneo, de pago, al que se unió más tarde otro en superificie impulsado por el Concello.
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