Amplían el espacio protegido de los molinos de O Folón

La Consellería de Cultura y Educación publicó ayer en el Diario Oficial de Galicia el expediente para incrementar el espacio catalogado como Bien de Interés Cultural de los molinos de O Folón, en O Rosal. Tras la incoación del expediente, se aplicará de forma inmediata y provisional el régimen de protección del patrimonio cultural de Galicia, para los bienes de interés cultural y para los lugares de valor etnológico en particular .

Al mismo tiempo, se abre un período de información pública durante el plazo de un mes, que comenzará a contar desde el día siguiente al de la publicación, con el fin de que las personas que puedan tener interés puedan examinar el expediente y alegar lo que consideren conveniente; y se notificará esta resolución a los interesados, al Ayuntamiento de O Rosal y a los departamentos con competencias en el ámbito afectado por la delimitación.

Los molinos del Folón son conocidos históricamente por la denominación de Riobó, nombre empleado para el río Folón o San Martiño, y tienen su origen en el siglo XVII, con la implantación y generalización del cultivo del maíz, si bien es probable que aumentando el número de algunos ya existentes con anterioridad. Los molinos del Picón, situados más cara el este, se alimentaban de las aguas recogida de varios arroyos y fuentes, en especial del que adopta la denominación del arroyo da Cal, en el lugar denominado O Nivel, y tienen un número y disposición semejante, si bien su funcionamiento está condicionado por la periodicidad de los usos y caudales.

Se trata de construcciones rectangulares de pequeño tamaño, de muros de mampostería concertada con lindeles, jambas y alguno cuanto de cantería trabajada, y cubiertas de teja curva. En las canterías son abundantes las inscripciones, en especial de cruces latinas con alguna sencilla ornamentación geométrica, aunque también hay inscritas iniciales y fechas. Estos símbolos, que a veces ocupan paneles enteros de varias cruces, también se repiten en laxes exteriores próximas a los molinos. Ocasionalmente el sistema podía completarse con un pequeño lugar cubierto para las bestias, a las que se les disponía pías o cuencas para alimentarlos.

Estos molinos tenían la función de moler maíz, trigo y centeno, aunque excepcionalmente está acreditado el uso para moler mineral, por lo que mantuvieron el uso hasta mediados del siglo XX.