Amigos del Castro reclaman un museo y eliminar el tráfico

La cafetería El Mirador Martín Códax del Castro lleva años cerrada, desde 2009, y es una ruina. El Concello trató de sacar una nueva concesión, pero nadie se interesó. Finalmente, acaba de encargar al estudio arquitectura Perfecto Cendón-Javier Vázquez un anteproyecto para que vuelva a ser un mirador. Pero la asociación Amigos del Castro tiene otras ideas, aunque no muy distintas. Esta entidad, liderada por el arqueólogo José Manuel Hidalgo Cuñarro, un experto en la historia de esta colina (es autor de un libro completo publicado el pasado año), cree que la edificación podría reconvertirse en un centro e interpretación del Castro, incluyendo un bar o una cafetería “como pasa en la mayoría de museos del mundo”. El Castro suma el poblado castreño, la fortaleza del siglo XVII, única en su estilo, e incluso los mejores restos de la Batalla de Rande, pero sin armonizar ni explicar. También reclaman eliminar el tráfico y realizar una nueva excavación arqueológica.

Recuerda que el local hostelero de la plaza del Castro está abocado al cierre cuando termine la concesión, en 2029, por estar pegado a las murallas, lo que impide una prórroga. En cambio, el Mirador se encuentra fuera del segundo recinto, por lo que puede obtener otra licencia.

La Asociación Amigos del Castro de Vigo, que acaba de cumplir tres años y está en fase de expansión de socios para presentarse en sociedad tras el verano, tiene tres objetivos fundamentales: dar a conocer el patrimonio, sacar el tráfico rodado del parque y apostar por ampliar el poblado castreño, que en realidad se extiende por todo el monte.

En cuanto a la circulación, reclaman acabar con el estacionamiento y señalan que el Castro es como El Retiro de Madrid, “pero en cuesta, y sin coches se vería de forma muy distinta”.

Con respecto a un centro de interpretación, la asociación destaca que el Castro es un conjunto que va de la prehistoria a la edad contemporánea. “No hay un centro de acogida en el Castro, hay carteles, pero no ve el yacimiento entero. Hay que aprovechar lo que está hecho en el Mirador, ya que se destruyó y no hay remedio, para tener un espacio monográfico del Castro de Vigo, con su cafetería incluida”, señaló Hidalgo Cuñarro. Recuerda que en los años ochenta se inauguró en Castrelos una sala monográfica del Castro que desapareció. “Ahora hay vitrinas, pero sin que haya una sala monográfica”, apunta.

Sobre el tercer punto, ampliar la excavación, demandan que al menos se haga una nueva campaña en la zona que ya está acotada, donde se hicieron sondeos, para desenterrar una muralla y una calzada que están localizadas. “La casa más antigua del Castro de Vigo está enterrada, excavada en la roca, de forma hexagonal, y se puede sacar a la luz. Allí salieron los materiales más antiguos”, añade el portavoz de Amigos del Castro.

La última excavación es reciente, cuando se hicieron algunas catas para instalar la iluminación del castillo, pero solo fueron algunos sondeos. “Hay que ampliar la zona acotada, porque el Castro de Vigo es todo, similar a Santa Tecla en tamaño”.

Hidalgo Cuñarro señala que la población del Castro se remonta quizá a un milenio antes de Cristo y permaneció viviendo en el monte hasta bien entrada la dominación romana. “La diferencia de entonces es que la gente de aquel Vigo iba a las salinas y volvía al Castro a dormir, y la prueba está en esa zona de Areal solo se encontraron salinas, salazones y necrópolis, pero ningún signo de hábitat. Desaparece el poblado castreño cuando en el III-IV comienzan a construirse las villas romanas", apunta.

Advierte de que la fortaleza es del siglo XVI, pero dentro hay un estanque, una jardinera y la entrada es inventada, “se hizo para sacar un obús. Todo esto hay que contarlo”.