Alberto Cuevas: "A los medios de comunicación hay que decirles la verdad y no hacer trampas”

El hasta ahora encargado de medios en Tui-Vigo se jubila

Alberto Cuevas, esta semana en su parroquia de La Soledad.
Alberto Cuevas, esta semana en su parroquia de La Soledad.

Alberto Cuevas (1945) lleva 47 años de periodistas colegiado, los últimos 40 como responsable de la Diócesis de Tui-Vigo en medios de comunicación, puesto que acaba de dejar para ocuparse en exclusiva de su parroquia, La Soledad, en el Castro, quizá la iglesia más curiosa de Vigo por su aspecto de templo romano (idéntico a la Maison Carrée de Nimes).

Supongo que va a echar de menos la relación directa con los medios, ¿cómo nació?

La oficina de prensa del obispado fue un invento mío. En aquel entonces, los obispados tenían un delegado de medios de comunicación que mandaba el boletín, que era un intercambio con el periódico y así estabas suscrito. Mandaban el boletín y en el periódico había alguien que iba cogiendo hojas y hacía una síntesis de la pastoral del obispo o si había muerto un arcipreste y esas eran las noticias. Cuando llegué en 1978, me inventé la oficina de comunicación y comenzamos a mandar noticias cada dos o tres días, como un partido o un sindicato. Ya había en algunas diócesis y así llegaba la presencia de la Iglesia a los medios, pero a partir de entonces, con noticias no con opiniones.

Así que fue un cambio radical.

Que no sepa la mano izquierda lo que hace la derecha en comunicación no vale, en humildad sí, pero en comunicación o lo cuentas o no existes. Tras trabajar unos meses en Efe, Anson quería ficharme, pero el obispo me dijo que viniera a Vigo y así fue como montamos una oficina de prensa y desde entonces estoy con los obispos, y cada uno que llegaba no me quitaba, sino que me renovaba hasta que dije que ya estaba bien. Soy muy de Gutenberg y con las redes sociales hace falta gente que mueva la página web y todas esas cosas.

¿Cómo era la relación entonces con los medios, más fácil o difícil?

Al venir a Vigo me integré en la asociación de la prensa y tuve una larga relación con los colegas de entonces, con Cunqueiro, Castroviejo, Segundo Mariño, Gerardo González Martín, Rodrigo Varela. Había un buen trato y la verdad, era más fácil la relación. Por ejemplo, había iniciativas curiosas como las meriendas del Pope (una revista local ya desaparecida), a las que llevaba al obispo.

¿Es muy diferente la relación con los medios en Tui Vigo que en otras diócesis?

Me dicen gentes de otras diócesis, que somos excepción, que como nos tratan los medios en Tui Vigo es una excepción. Yo digo que no somos de hacer trampas, hay que contar la verdad, decir lo que pasa, siendo así la gente confía y te trata bien, si en la fuente hay agua limpia, pues es lo que hay. Confían en ti y siempre te tratarán bien.

¿Y ahora qué va a hacer?

Pues ser párroco de la Soledad. Me puedo dedicar a leer lo que me dé la gana, no por obligación (se ríe).

¿Qué le han dicho tras su retirada?

Felicitaciones. Siempre me he sentido querido por los sacerdotes y los periodistas, y también por los fieles. Muchos me decían “nosotros también te queremos”. Siempre he estado muy a gusto como cura y periodista, querido y bien tratado.

¿Y el secreto de su excelente condición física?

Dormir tranquilo, eso es fundamental.

¿A partir de ahora la relación con los medios, cómo cree que va a ser?

Va a ser buena, los profesionales que me heredan están dispuestos a seguir en idéntica línea, quiera Dios y la historia que no haya muchos conflictos. Pero en Vigo hacer comunicación de Iglesia lo ponéis fácil.

¿Es cierto que el anterior Papa le dijo que hiciera lo que quisiera?

Tenía 50 años de cura, fui a concelebrar con él (Francisco) en Roma, y al final le dije que estuve en parroquias, de profesor y siempre fui feliz en todo, y que ahora doy gracias a Dios, y le pregunté qué hacía en adelante. Y me dijo que nada, absolutamente nada. Así que intento obedecer al Papa. El obispo me ayuda a cumplir (se ríe).

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