Adiós sequía con Eiras al 70% y Zamáns al 50%

La expectativa es llegar en breve al 100% de ocupación en las presas

El embalse de Eiras, con el aliviadero que desagua el caudal ecológico.
El embalse de Eiras, con el aliviadero que desagua el caudal ecológico.

Aunque todavía no es oficial, falta el visto bueno de la Oficina da Seca de Augas de Galicia, la última sequía decretada hasta el momento finalizó ayer con Eiras al 70 por ciento (el viernes pasado, ya había alcanzado el 68%) y previsión de fuertes lluvias que llenarán el embalse. Hace una semana estaba al 48 por ciento, con agua hasta enero, ahora ya hay hasta febrero o marzo.

Zamáns, que se encontraba en situación similar, mejora lentamente, hasta llegar al 50 por ciento. En cuanto a Baiona, se mantiene en 28 puntos, aunque al reducirse el consumo en la villa es de momento suficiente hasta que se vuelva llenar, lo que sucederá en cuanto las precipitaciones vuelvan, al tratarse de una presa diminuta, diez veces menos que Zamáns, a su vez una décima parte de la capacidad de Eiras, que ya vuelva a tener las mejores reservas de Galicia. Supone un alivio para Vigo y los ayuntamientos del área metropolitana, todos los de la Ría de Vigo y algunos otros más alejados conectados con la red. ¿Punto final? En absoluto, punto y seguido. Es cuestión de que otro año lleguen un otoño y un invierno secos y alcanzar la primavera con las reservas por debajo del 70 por ciento, lo que llevaría a un verano en el alambre.

La pregunta no es si pasará, sino cuándo. Echando un vistazo a la evolución de los últimos 40 años se constata una reducción muy importante de las precipitaciones anuales: en Vigo llueve la mitad que hace medio siglo aunque en Fornelos, donde está Eiras, todavía las precipitaciones son abundantes. Tanto como para que la pasada semana se recogieron 200 litros en solo tres días, suficiente para que el embalse subiera 20 puntos. Pero la cuestión es qué hacer y las respuestas son tres: nada, y esperar que haya suerte; construir un trasvase, que siempre estaría sujeto a la evolución de los ríos, o ampliar la presa o construir otra más pequeña río arriba. El Concello exige a la Xunta que ponga en marcha alguna de estas actuaciones y el Ejecutivo gallego reclama que el Gobierno declare la obra de interés general por su elevado coste económico y social.

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