El crimen de Areal fue “estremecedor”
Tribunales
El abogado de David Macía y la Fiscalía acuerdan 11 años y medio por el homicidio del profesor vigués y la estafa pese a que el Ministerio Público describió el escenario de “estremecedor”
El juicio con jurado que comenzó ayer en la sección quinta de la Audiencia en Vigo por la muerte violenta del profesor jubilado Benito Torreiro, de 69 años, en su domicilio de la calle Areal en diciembre de 2021, y que estaba destinado a ser un mero trámite se complicó tras la intervención del fiscal.
La lectura de los escritos de acusación adelantaban un acuerdo previo entre la Fiscalía y defensa al coincidir ambos en calificar los hechos de homicidio y estafa continuada y solicitar la pena mínima para el acusado: 10 años y medio por el crimen y otro más por el uso indebido de las cuentas y tarjetas de la víctima. El pacto también se vislumbraba en los propios escritos de la acusación particular (representantes de los hermanos del fallecido), que, aunque califican los hechos de asesinato con ensañamiento, subsidiriamente también se adhieren al homicidio.
A pesar de todo, la ley del Jurado obliga a convocar al tribunal popular y a celebrar el juicio. Así lo aseguró el fiscal en su intervención inicial, quien aseguró que el acusado “lo reconoció e indemnizó a la familia” pero “no nos queda otra que continuar, aunque podemos ahorrar mucho tiempo”. Pese a dicha aseveración, realizó una introducción de más de dos horas y modificó todo el guión previsto, al asegurar que no iba a renunciar a ninguna prueba, algo que sí harán el resto de partes una vez el acusado reconozca los hechos en sala, previsiblemente durante la jornada de hoy.
En la mencionada intervención, el representante del Ministerio Público desgranó al jurado una por una las pruebas irrefutables que demostrarían que David Macías, de 24 años, fue el autor del crimen, algo que él mismo habría confesado.
Ni la Fiscalía, ni tan siquiera las acusaciones particulares (que intervinieron después) explicaron a los miembros del jurado la única controversia posible en este caso: si fue homicidio o asesinato. Eso, suponiendo que, una vez el joven confiese, el juicio siga adelante con todos los testigos y pruebas periciales y sin cambios en los informes finales, algo improbable. La diferencia es importante porque podría asumir los 18 años de cárcel que piden inicialmente los abogados de la víctima: 16 por el asesinato y dos por la estafa continuada (dilapidó más de 17.000 euros en apenas unos días), si bien estos estarían dispuestos también a dejarlo en un homicidio. Los entresijos jurídicos chocaron de frente con la descripción que realizó la Fiscalía al jurado. Describió las fotografías del escenario del crimen de “estremecedor” y relató cómo el acusado golpeó a la víctima primero con una bola de mármol en la cabeza hasta hundirle el cráneo y cómo le degolló y asestó en total 21 puñaladas. Y todo eso afirmando que “no está enajenado ni sufrió una alteración mental transitoria”, para después utilizar las cuentas de la víctima y hacer múltiples compras, entre ellas dos coches.
Huellas, ADN, tickets y la punta del cuchillo clavada en la cabeza
La carga de la prueba contra David Macía es abrumadora a juzgar por el detallado análisis realizado ayer por la Fiscalía. De hecho, la acusación aseguró que hubo “un gran trabajo policial”. Las llamadas de teléfono permiten situar al acusado en casa de la víctima dos días antes de que se produjera la muerte, que se estima sobre la noche del 28 al 29 de diciembre. Este joven había llegado a Vigo unos días antes y había quedado con el profesor.
Ya antes del fallecimiento se detectaron compras a cargo de la tarjeta de la víctima, algo que, según la acusación habría provocado una discusión la noche del crimen. El móvil fue económico. El fiscal no habla de disputa, sino de que Benito estaba en el sillón cuando fue atacado por David con la bola de decoración, con la que le golpeó varias veces y después, cuando le dejó conmocionado en el suelo y tratando de huir utilizó un cuchillo de cocina.
En el piso, la Policía encontró tanto la bola como el cuchillo, con sangre. Había ADN del acusado y de la víctima, en cuya cabeza quedó clavada la punta del cuchillo. Además, se hallaron sus huellas en el arma y unas pisadas que coincidían con las zapatillas que el procesado abandonó junto con otra ropa en la consigna de un hotel antes de marcharse de Vigo. En dichas zapatillas también había sangre del fallecido. Pero a mayores, se encontraron múltiples tickets con las operaciones de compra que durante los días siguientes realizó a cargo de las cuentas del fallecido. Dejó el cadáver en la casa y se marchó. Estuvo en restaurantes, tiendas y hoteles de la ciudad sin reparar en gastos, hasta que el día 4 de enero dejó Vigo. Natural de Monforte de Lemos, se dirigía por la autovía cuando a la altura de Silleda le paró la Guardia Civil. Él iba en un Audi comprado con el dinero de la víctima y detrás viajaban sus amigos en un Peugeot, también adquirido por él días antes. Los agentes sospecharon de su actitud. Fue cuando descubrieron en el maletero la documentación de Benito Torreiro, los tickets de compra y la tarjeta sanitaria. David les dijo primero que era su tío que le había dejado la documentación antes de irse de viaje, pero los apellidos no coincidía. La Guardia Civil contactó con la Policía Local, que avisó a la hermana y sobrina, quienes entraron en la vivienda descubriendo el cadáver.
El primer juicio con jurado con solo una persona de público
Las sillas destinadas al público en la macrosala de la Cidade da Xustiza estaban ayer prácticamente vacías. Solo una persona que conocía al acusado y a la víctima estuvo presente, un hecho insólito en este tipo de vistas. Esta persona relataba antes de entrar en sala que conoció al acusado en un pub del entorno de Areal, donde comenzó acudir unos meses antes del crimen. Afirmó que “siempre presumía de tener mucho dinero, de ser accionista del Celta por ejemplo, pero luego pedía tabaco. Había algo que no cuadraba y me alejé".
Durante la primera sesión del juicio, David Macía (con innumerables comentarios en redes por supuestas estafas anteriores a los hechos) apenas se inmutó con las descripciones realizadas por el fiscal. Con un cambio de look respecto a hacer tres años y el pelo teñido, permaneció las más de tres horas sentado junto a su abogado.
Hoy está citado para declarar. Su defensa dice que lo hará, pero a menos que la Fiscalía vuelva a sorprender a la sala se limitará a reconocer los hechos.
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