Abstracción viguesa ‘ilumina’ con razón y sentimiento el Tambre

Compuesta por veinte obras, la artista presenta distintas variaciones de una misma línea de investigación llevada a cabo en 2018 y que presentó como primicia. “Fue un proceso de introspección, en el que acabé exhausta física, psicológica e intelectualmente”, reconoce Lago, quien pese a todo lo tildó de un “cansancio satisfactorio”.

La viguesa presentó ayer el resultado de un proceso de trabajo, en el que busca la solución en un viaje hacia dentro como resultado de la auto-observación: “Hay mucho recogimiento, rigor y disciplina para lograr un resultado lírico, intimista, micropoemas que reflejan micropaisajes de mi interior”. Así, Lago plasma sentimientos para provocar un sentimiento en el espectador.

Pero detrás hay una justificación intelectual y racional, tal y como explicó la propia artista: “No llegué a la abstracción por azar, no hay improvisación en mi pintura, todo está muy meditado y medido; pienso durante días cada obra antes de iniciarla y durante el proceso de creación hay una constante comunicación entre mi interior y la pintura, por lo que el resulta no siempre coincide con el que había imaginado”.

Nuria Lago admitió buscar en la abstracción una vía para llegar al espectador: “La figuración ya no era suficiente para expresarme, necesito mostrar imágenes que trasciendan al significado de objetos y figuras reconocibles”, de ahí el rango expresionista de su pintura.

En Vigo, la obra de Nuria Lago pudo verse hace unos meses en la sala Apostrophe de la Praza Elíptica, con el montaje “Abstracción irreconocible”, comisariado por Elena Bangueses.

Su última exposición de 2018 fue en Ourense, en el Liceo, donde en diciembre presentó “Autorretratos”.