El abandono de gatos continúa pese a los cambios legislativos

Las protectoras acogen hasta más de 300 animales, como es el caso de Proyecto Gato, y acumulan deudas. Las adopciones son casi imposibles para los que tienen más edad

Anna, de Gatiños de Rúa, en una de las colonias felinas que gestiona la asociación y donde viven algo más medio centenar de gatos ferales.
Anna, de Gatiños de Rúa, en una de las colonias felinas que gestiona la asociación y donde viven algo más medio centenar de gatos ferales.

El abandono de gatos adultos y la aparición de camadas indeseadas es algo que, según todas las protectoras consultadas, “no remite, pese a la aprobación de la Ley de Bienestar animal. Seguimos en la misma”. Y seguir en la misma significa que como en el caso de Proyecto Gato, con sede en Gondomar, la cifra de animales acogidos ascienda a más de 300. El resultado es que las facturas veterinarias no cesan de crecer y en el caso de los medicamentos alcanzan los dos mil euros mensuales, lo que les ahoga económicamente. 

En Cangas, Colonias Canguesas se enfrenta con problemas similares. Aún no han logrado reponerse de un desahucio en el que rescataron a una treintena de gatos adultos “con el gasto veterinario y la dificultad de encontrar familias para ellos. La gente piden bebés, no quieren gatos mayores”, explica Laura, que se multiplica junto a los voluntarios que les dan apoyo para atender el local y controlar las 72 colonias que tienen contabilizadas en el casco urbano de la villa. 

En Vigo Gatiños de Rúa gestiona cuatro grandes colonias, una de ellas con medio centenar de gatos que surgió con apenas 17, procedentes del desalojo del edificio de Cordelerías en Beiramar, y que en la actualidad ya ha llegado a más de 50. Además, controlan a unos 400 felinos repartidos en diferentes colonias y lugares de la ciudad, algunos de ellos auténticas trampas mortales dado el gran número de atropellos que se registran, como es el caso de la avenida del Aeropuerto. 

En Salceda, Gatopía lleva apenas medio año como asociación, aunque más de dos esterilizando y cuidando colonias, de las que en la actualidad gestionan cinco. Uno de sus mayores problemas es la falta de casas de acogida pese a sus llamamientos desde las redes sociales y en los diferentes eventos a los que acuden para sacar fondos para los todos los gastos que se acumulan al final del mes. Mientras, en Porriño la Asociación Inma (investigación Nacional contra el Maltrato Animal) ya llevan 5 años en el terreno de forma oficial y acogen a 53 gatos y, además, a 7 perros. Uno de sus mayores problemas es la falta de voluntarios, por lo que deben afrontar todas las tareas diarias con el esfuerzo de las cuatro integrantes de la asociación.

En Tui se encuentra una de las protectoras más singulares dedicadas al cuidado y protección de gatos. Se trata de Patudos Peludos, que desde hace nueve años se dedican a rescatar y “sacar adelante” a camadas de gatitos abandonados. Rebeca y su madre recogen a los pequeños y durante varios meses se vuelcan en estos frágiles animales hasta conseguir una familia para ellos, la mayoría de ellas en Galicia. El año pasado fueron unos 150 los animales que llegaron hasta ellas y lograron que 110 fueran adoptados.

Las chicas de Gatopía.
Las chicas de Gatopía.

Los ejemplares ferales sí podrán ser medicados sin tener chip

La entrada en vigor de la legislación que obliga a exigir el chip a los animales para poder obtener una receta en el veterinario, o la aplicación de la medicación, ha generado una gran inquietud entre los responsables de asociaciones y protectoras y, principalmente, en todos aquellos que alimenta colonias felinas. Desde Proyecto Gato advierten de que “se ha creado una gran alarma, pero no es como la gente cree. Existe una excepción y se puede atender y medicar a los gatos de las colonias o abandonados en casos de urgencia que requiera tratamiento veterinario”. Así, y según recoge la nota aclaratoria del Real Decreto 666/2023, con los gatos comunitarios no identificados, el veterinario aplicará los tratamientos necesarios y reflejará en la ficha clínica una reseña identificativa del animal lo más completa posible, incluyendo la ubicación de la colonia donde ha sido capturado y de la asociación o persona que lo lleva a la clínica. En la receta se indicará que no está identificado.

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