La A-55 Vigo-Porriño, oficialmente la carretera más peligrosa de España
Siniestralidad vial
El “relevo” no se contempla a medio plazo por la falta de Presupuestos del Estado ni tampoco liberar la AP-9
La A-55 Vigo-Porriño es oficialmente la carretera más peligrosa de España con siete tramos de concentración de accidentes (TCA) declarados por la Dirección General de Tráfico en apenas 11 kilómetros de recorrido, y es probable que mantendrá su título durante muchos años, hasta que se construya la prolongación de la A-52 en túnel desde Mos. ¿Cuándo? No hay fecha ni siquiera estimada, menos con dos años sin Presupuestos del Estado y con toda probabilidad tampoco en 2026. Además, exige controles ambientales, contestación de alegaciones y una larga tramitación administrativa antes de iniciarse la obra. En todo caso, el Gobierno, según contestó al diputado del BNG Néstor Rego, ha descartado por completo utilizar la AP-9, sin apenas tráfico entre Puxeiros y Porriño, al considerar que se trata más de una circunvalación que de una vía de penetración en Vigo. En estas condiciones, tocará esperar y no será poco: la fecha de 2030 que se barajaba es por completo imposible: es probable que la suma de proyectos, estudios ambientales y la propia obra consuman no menos de una década.
Según el informe de la Dirección General de Tráfico, hay siete tramos de concentración de accidentes en el recorrido entre Vigo y Porriño, es decir, zonas donde el riesgo de que se produzca un siniestro es mucho mayor que en otras secciones de la propia carretera. La DGT define los TCA como tramos de longitud no superior a los tres kilómetros que lleven en explotación más de tres años en las que las estadísticas de accidentes registrados indican que el riesgo resulta significativamente superior. En total, hay identificados 106 en la Red de Carreteras del Estado, de ellos 10 en Galicia, siete entre los puntos kilométricos 3,6 (a la salida de Vigo, en torno al Meixoeiro) y el 14,5, ya llegando a Porriño. Los otros tres de Galicia se sitúan en la Nacional 550 en la provincia de Pontevedra, en el punto 136, y dos en A Coruña, en la Nacional 6 y la AC-11. Fuera de Galicia solo hay una vía que cuenta con tantos TCA como la A-55, la autopista AP-7 en Cataluña, que suma otros siete, aunque en un recorrido de 35 kilómetros en la provincia de Barcelona. Incluso tiene un octavo TCA, pero cien kilómetros antes, en Girona.
En su respuesta parlamentaria a Rego, el Gobierno reconoce la existencia de unos índices de accidentalidad muy elevados “dada la muy estricta geometría del tronco de la vía y su desfavorable combinación del trazado, en planta y alzado, la existencia de gran número de enlaces, derivada de la duplicación de calzada de la antigua N-120, y el muy intenso tráfico que soporta”, que puede llegar a 60.000 vehículos al día, frente a apenas 6.000 de la vecina autopista. “Precisamente por ello, la alternativa seleccionada por el Ministerio de Transportes es el planteamiento de una carretera de nuevo trazado que suponga una variante de la actual A-55”, añade la información parlamentaria.
En el último año, hubo más de 300 accidentes en la A-55, de ellos la mayoría con daños materiales y un herido grave y 123 leves hasta noviembre, una media que se mantiene. Ha habido fallecidos, pero solo en el segundo tramo, entre Porriño y Tui.
El proyecto, pendiente
El trazado previsto para la A-52 entre Porriño y Vigo está muy contestado tanto en el municipio de Mos como en las parroquias viguesas de Beade y Bembrive, donde hay una fuerte oposición por el número de viviendas y propiedades afectadas. No obstante, el Concello de Vigo lo respalda plenamente. El Ejecutivo mantiene que se ha tratado de minimizar afecciones a edificaciones en el trazado y que la ejecución de un túnel de gran longitud colaborar a disminuirlas en superficie. “La vocación de esta nueva infraestructuras es continuar con la autovía A-52 hasta Vigo con unas características adecuadas que permitan un tránsito cómodo y seguro”, señala. En tanto que descarta la liberalización de la AP-9, como reclama el Concello de Mos y también el BNG e incluso ha propuesto de forma provisional el PP, hasta que se construya la autovía. “La autopista en el entorno de Vigo tiene vocación más de circunvalación que de penetración en la ciudad”, asegura, y da como dato que en el tramo Puxeiros-Porriño el recorrido por la autopista a través de los enlaces de Torneiros y Puxeiros, implica una distancia y un tiempo de recorridos mucho mayores, además de la necesidad de transitar por los múltiples enlaces citados. Con respecto a la tramitación, explica en contestación a Rego que la seguida por el Ministerio de Transportes es la que establece la legislación vigente, tras el procedimiento de información pública y oficial a efectos ambientales que se ha llevado a cabo. Añade que están siendo analizadas las alegaciones e informes recibidos para evaluar su incorporación al proyecto con el objeto de dar respuesta, en la mayor medida posible, a las necesidades planteadas por los afectados.
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