2.100 kilómetros corriendo y en bicicleta por causas solidarias

Daniel Fernández Cerzón es un vecino de Gondomar que lleva completados 11 retos en cinco años. El más reciente, 105 kilómetros corriendo sin parar para ayudar a Gondoilusion

Daniel Fernández Cerzón sigue colaborando para visibilizar el Síndrome de Usher, algo que hace en cuanto tiene la mínima oportunidad.
Daniel Fernández Cerzón sigue colaborando para visibilizar el Síndrome de Usher, algo que hace en cuanto tiene la mínima oportunidad.

Para Daniel Fernández Cerzón, un joven de 30 años vecino de Gondomar, el fallecimiento de su abuelo en 2016 le llevó a embarcarse en una aventura que cinco años después todavía sigue cogiendo forma. Tras la pérdida de su familiar, Daniel comenzó a darle vueltas a la cabeza pensando en que medida podría ayudar a los demás haciendo lo que más le gusta. Se le encendió la bombilla y ese año se planteó visibilizar el alzheimer y la diabetes completando una serie de metas como objetivo. “Me puse en contacto con la asociación Anedia e hice tres, al año siguiente con Afaga otros tantos” relata. Posteriormente conoció el caso de una niña de Nigrán que padece una enfermedad rara denominada Síndrome de Usher, y también se propuso echarle una mano. “La patología afecta directamente a la vista y al oído y provoca pérdidas progresivas, es degenerativa y llevo colaborando desde 2018”, añade. Para esta causa estuvo 24 horas corriendo sin parar por el parque vigués de Castrelos, realizó siete maratones en una semana por la comarca miñorana y el último fue un duathlón de un día de duración.

Ahora, a punto de rematar el 2021 puede decir con orgullo que lleva recorridos la nada despreciable cifra de 2.100 kilómetros repartidos en un total de 11 retos de lo más variado y casi todos por diferentes recorridos del Val Miñor, de los cuales 700 fueron corriendo y el resto a lomos de su bicicleta. El más reciente lo bautizó como “Reto solidario 6 cimas”. Coincidiendo con el día Internacional de las Montañas del pasado 11 de diciembre, se puso en contacto con el Concello y le propusieron su participación en la campaña navideña “Gondoilusión”. El joven deportista animó por redes sociales a todos sus seguidores para que hiciesen una pequeña donación a una cuenta bancaria activada por la Administración local y de este modo contribuir a la financiación con la que comprar juguetes a todos los niños de la villa en situación de vulnerabilidad. El plazo acaba de rematar esta misma semana y está a la espera de saber el retorno obtenido, aunque pudo adelantar que las muestras de apoyo recibidas fueron considerables. Partió en la madrugada del 11 desde plaza Paradela y regresó 17 horas después con la satisfacción de haber alcanzado el alto de Montecastelo, el Monte Alba, el Galiñeiro, Aloia, Santa Tecla y A Groba. En total, 105 kilómetros corriendo con 2.500 metros de desnivel. Ahora ya está pensando en un nuevo proyecto que llevará cabo con la Administración local en 2022 y que dará a conocer en cuanto disponga de fechas concretas.

La pandemia no pudo con él y completó un reto indoor

Para este deportista la pandemia no fue quién de pararle los pies. “Estábamos encerrados en casa y se me ocurrió la idea de llevar a cabo un reto solidario”, relata Daniel. Sin pensárselo se subió al único cachibache del que disponía en su vivienda, una elíptica, y estuvo sobre ella seis horas con la finalidad de recaudar alimentos para el banco de Alimentos de Baixo Miño. Los resultados fueron bastante buenos y reunió un total de 100 kilos de productos no perecederos que posteriormente donó.

Cuando colabora con asociaciones busca aportaciones materiales, pero cuando lo hace por su cuenta busca la visibilización a través de redes sociales. “Es importante que la gente en general conozca las enfermedades”, explica. En este caso fue haciendo publicaciones periódicas a través de fotografías y vídeos para obtener el máximo número posible de “me gusta” por parte de sus seguidores al mismo tiempo que logra su compromiso.

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