120 vacas de Baiona a punto de ser sacrificadas en el matadero
val miñor
El juez obliga a la dueña a dejar su actividad porque los comuneros de Baíña no la admiten
Una ganadera de Baiona podría verse obligada a sacrificar las 120 vacas de su explotación por el rechazo de la Comunidad de Montes de Baíña a admitirla bajo el pretexto de que no vive allí. Sin embargo, la finca dispone de una pequeña vivienda de 60 metros cuadrados en la que Diana Pino asegura tener fijada su residencia habitual. Sin el beneplácito de la comunidad no puede ejercer la actividad de pastoreo y se verá obligada a desprenderse de las reses. "Si me obligan a quitar el ganado no me queda otra que llevarlos al matadero", aseguró Diana Pino, presa de la frustración, la impotencia y la desesperación. "Yo vivo aquí, debería llegarles pero no vale y en el juzgado parece que tampoco", explicó entre lágrimas.
El Juzgado de Primera Instancia número 3 de Vigo le ha dado la razón en dos ocasiones a la Comunidad de Montes y condena a Diana Pino González, que ha recurrido ante la Audiencia de Pontevedra, a cesar la actividad ganadera al carecer de autorización para pastorear. El juez consideró que no existe "ningún dato que permita demostrar que reside en la vivienda " de la ganadera se desarrolla en esta vivienda, de la que destaca su ubicación en un lugar "notoriamente inhóspito: alto del monte, absoluto aislamiento y dificultad de acceso rodado, sobre todo en invierno".
Carece de recibos de luz y agua porque "donde está instalada la explotación no llega el tendido, pero tengo un kit de placas solares y un generador", afirmó. La cocina es de gas, el agua es de manantial y hay una fosa séptica porque hasta aquí no llega el alcantarillado. "No tengo ningún problema para vivir aquí, tengo las mismas comodidades que en un piso: nevera, congelador y televisor". Alega además que no es la única persona que vive sola en el monte. "En San Cosme hay otro vecino que vive todo el año solo y aislado y no pasa nada pero si eres un chica y vives sola, parece que es distinto", lamentó.
Diana Pino, que compagina su actividad ganadera con el taller mecánico de su padre en Gondomar, relató a este diario que se constituyó en autónoma agraria en 2001 y que en 2005 se empadronó en Baiona y solicitó licencia de obra al ayuntamiento para construir una nave e instalar su explotación ganadera. Según explicó, desde el consistorio le concedieron licencia de obra pero le denegaron la de actividad.
La finca, denominada "Cuatro Pinos" cuenta con una pequeña vivienda de 60 metros cuadrados en la Además, cuando solicitó formar parte de la Comunidad de Montes de Baíña. Pese a cumplir con los requisitos de admisión fue rechazada con el argumento de que ella no vive en esa vivienda y la amenazaron con una demanda si no cesaba su actividad, lo que sucedió finalmente en el año 2015.
Diana perdió el primer litigio, celebrado el 4 de octubre porque "mi abogado entregó dos días tarde los papeles" que acreditarías que tiene todo en regla. La mujer dispone de tres informes de la Policía Local que acreditan que reside en la vivienda, del Seprona y del arquitecto municipal. En un segundo juicio, celebrado el 20 de octubre, el juez consideró insuficientes las pruebas aportadas por la interesada que en caso de tener que sacrificar finalmente a su ganado, asumirá pérdidas económicas importantes . Cada res está valorada en unos 1.500 euros.
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