Abril Rodríguez: “Cada diseño me plantea un desafío técnico y creativo que me obliga a descubrir caminos”
La joven viguesa, formada en la Escuela de Joyería del Atlántico de Vigo, apuesta por objetos con personalidad que cuenten algo distinto
La viguesa Abril Rodríguez quedó finalista en el Concurso de la Asociación Española de Diseñadores y Creativos de Joyería. Su primer certamen, su primera prueba profesional, y todo un éxito. Y es que esta joven, formada en la Escuela de Joyería del Atlántico de Vigo, apuesta por objetos con personalidad que cuenten algo distinto. Una búsqueda de que cada diseño sea un reflejo de su crecimiento como creadora y de su manera particular de ver el mundo. Obras de autor que ya están dando mucho que hablar en el sector.
¿Cómo llegó al mundo de la joyería?
-Con 17 años descubrí que mi verdadera pasión estaba en la joyería. Desde muy temprano me fascinó la idea de transformar un material en algo con valor simbólico. Empecé de manera autodidacta, probando técnicas, observando el trabajo de otros y atreviéndome a crear mis primeras piezas. Lo que más me atrapó fue la mezcla de precisión y creatividad: cada joya exige paciencia, pero también imaginación. Cada creación es una oportunidad de dar forma a sentimientos y traducirlos en un lenguaje artístico que pueda perdurar en el tiempo. También me mueve el aprendizaje constante: cada diseño plantea un desafío técnico y creativo que me obliga a salir de mi zona de confort, a experimentar con nuevas herramientas y a descubrir caminos que aún no había explorado. Esa combinación de reto y descubrimiento hace que mi pasión por la joyería crezca cada día. Poco a poco entendí que este no era un simple pasatiempo, sino un proyecto con el que quiero construir un futuro.
¿Cómo definiría su proyecto actual?
-Lo defino como un espacio de búsqueda y de consolidación de un estilo propio. Me interesa que mis piezas transmitan movimiento, energía y equilibrio, elementos que a veces recojo de mi experiencia personal en el triatlón, pero siempre transformados en un lenguaje artístico. Mi meta es que cada joya tenga personalidad y cuente algo distinto. Además, busco que cada diseño sea un reflejo de mi crecimiento como creadora y de mi manera particular de ver el mundo. Considero que el estilo no es algo fijo, sino que evoluciona con cada aprendizaje, y precisamente ese proceso es lo que me mantiene en constante exploración. Con 17 años siento que estoy empezando un camino lleno de posibilidades, y que cada pieza que creo es una forma de acercarme más a la identidad artística que quiero construir para el futuro.
¿Cuál es la motivación de su trabajo?
-Mi motivación es crear piezas que no sean solo adornos, sino símbolos. Me inspira la idea de que una joya pueda acompañar a una persona en un momento importante, convertirse en recuerdo o en amuleto. También me mueve el aprendizaje: cada diseño es un desafío que me permite crecer, descubrir técnicas nuevas y seguir
perfeccionándome.Al mismo tiempo, me motiva la posibilidad de conectar con otras personas a través de mi trabajo y ver cómo una pieza puede adquirir un significado único en manos de quien la lleva. Creo que esa capacidad de trascender lo estético es lo que da sentido a mi camino como joyera.Y, además, me llena de ilusión pensar que mis creaciones puedan formar parte de la historia personal de alguien, como un objeto que perdure con el tiempo y conserve emociones.
¿Valores por los que destaca?
-La constancia, la sensibilidad y la autenticidad. Soy perseverante, dedico el tiempo que haga falta para lograr el resultado que quiero. La sensibilidad me ayuda a encontrar inspiración en los detalles más pequeños. Y la autenticidad me empuja a crear con un sello personal, sin limitarme a seguir tendencias pasajeras.Además, me esfuerzo por ser coherente entre lo que pienso, lo que siento y lo que hago, porque creo que la honestidad también se refleja en las piezas que creo. Estos valores son la base que me acompaña tanto dentro como fuera del taller.También considero que la humildad y la apertura al aprendizaje forman parte de mi carácter, porque siempre hay algo nuevo que descubrir y mejorar en este oficio tan apasionante.
¿Hablemos del momento actual?
-Es un momento de aprendizaje y de ilusión. Estoy perfeccionando técnicas, explorando ideas y dando pasos firmes hacia lo que quiero que sea mi estilo definitivo. Cada pieza terminada me recuerda que estoy construyendo un camino sólido en la joyería.También es un tiempo de descubrimiento personal, en el que me atrevo a experimentar sin miedo al error, porque sé que incluso los tropiezos son parte de mi evolución. Este presente me confirma que estoy en el lugar correcto y me impulsa a seguir soñando en grande.A la vez, me motiva compartir este proceso con otros, porque cada conversación y cada consejo recibido enriquecen mi visión y me ayudan a crecer como persona y como creadora.
¿Qué ha supuesto este último año?
-Crecimiento y de confirmación. Este año me ha enseñado a valorar el proceso creativo y a entender que la paciencia y la constancia son tan importantes como la inspiración. También he podido ver cómo mis primeras piezas empiezan a encontrar su lugar, lo que me anima a seguir avanzando.Además, este año me ha dado la oportunidad de conocer nuevas técnicas y enfrentar proyectos más complejos que han ampliado mi visión de la joyería. Ha sido un tiempo de aprendizajes intensos que han reforzado mi decisión de dedicarme de lleno a este oficio. Me he dado cuenta de que cada logro, por pequeño que parezca, es un peldaño hacia mis sueños, y que el esfuerzo constante termina siempre dando frutos.
Contenido patrocinado
También te puede interesar
Lo último