José Antonio Estévez: “Bajé 70 kilos y la idea era mostrar a la gente que se puede perder peso”

El vigués José Antonio Estévez ‘Josiño’ es influencer y tiene más de 5.000 seguidores en su cuenta @kilosdesobra

Publicado: 20 oct 2023 - 02:06 Actualizado: 20 oct 2023 - 07:44

Josiño Éstevez acudió al set de Atlántico para hablar de Kilos de Sobra.
Josiño Éstevez acudió al set de Atlántico para hablar de Kilos de Sobra.

José Antonio Estévez ‘Josiño’ (Vigo, 48 años) creó en 2018 los perfiles de redes sociales Kilos de Sobra para contar su proceso de perder peso con ejercicio, buena alimentación y buen humor. Cinco años después, supera los 5.000 seguidores y llegó a bajar 70 kilos.

¿Cómo se lanza en enero de 2018 a crear Kilos de Sobra?

Había que dejarlo claro desde el principio con el nombre. Había gente que me decía, kilos de más. Al final, se quedó en de sobra. No estaba pillado y lo cogí. Llegué a pesar 184 kilos, que era algo exagerado ya. En ese momento, decidí ponerme en serio a cuidarme. Y la opción que vi mejor para obligarme a seguir adelante con ejercicio y con dieta fue crear una cuenta de Instagram y Facebook. La idea era enseñar a la gente la forma de bajar de peso y que se puede hacer.

¿Cuánto llegó a perder?

Logré bajar 70 kilos. Ahora, pillé algunos por varias lesiones, que me obligaron a parar y, cuando es así, uno no tiene el mismo ánimo y no puede entrenar igual. Estaré ahora en unos 60 menos que cuando comencé.

Supongo que usted no hacía deporte.

Siempre me gustó el deporte, pero practicarlo… dependía de la disciplina. Lo que sucedió es que con todos esos kilos, era imposible practicar algo o seguir el ritmo de otra gente. En mi etapa universitaria, con unos 130 kilos, hacía balonmano o voleibol. Pero después llevé una vida sedentaria, de oficina, sin hacer nada. Y todo se nota.

¿Cómo fue decir: hasta aquí?

Los médicos siempre me decían cuando iba: igual hay que hacer algo. Dices sí, sí, sí… Pero hay cosas que no te dejan y, en mi caso, tuve unos problemas familiares. Me centré mucho en cuidar a mi madre, me convertí en cuidador y ellos saben que es muy difícil cuidarse a uno mismo cuando estás pendiente de otra persona. Cuando falleció, sí que decidí que era el momento de cuidarme.

¿Cómo es el proceso?

Es gradual. Yo llevo toda la vida con kilos de sobra y, en parte, ya sabía qué tenía que hacer. Tenía que eliminar grasas, eliminar azúcares y estas cosas. Todo el mundo sabe que comer dulces todos los días no viene bien. Empecé a andar, porque apenas lo hacía, y, poco a poco, fui bajando. Y llegó un momento en el que dije: ya que estoy aquí, podía pensar en correr. Me fijé en muchos amigos que lo hacen, a nivel amateur, y empecé con un entrenador para que me guiara. Y con él sigo. En este proceso también hice marcha nórdica.

E, incluso, haciendo quedadas.

Una de las maneras en las que me obligaba a hacer algo de deporte era convencer a alguien que viniera conmigo. Hacerlo solo es aburrido, pero si estás acompañado, se lleva mejor. Con la marcha nórdica, comencé en solitario y luego, gracias al gimnasio, que empezaron a dar clases, me apunté. Y, después, ya tenía unos 600 seguidores y comencé a anunciar ‘andainas’. Anunciaba el recorrido y venía gente. Igual éramos cinco y, a la semana siguiente, igual venían tres diferentes. Y, así, poco a poco, creaba una comunidad, me animaba a mí y, además, otra gente también daba el paso de hacerlo.

Si un día tenía pereza, iba por no dejar solas a esas personas que se anotaron.

Claro. Un domingo por la mañana a las 9:00, con lo bien que estaría en cama… Pero te levantabas e iba y, al llegar a casa, ya lo hacía más activo después de esos 15 kilómetros.

¿Recurrió al nutricionista?

Sí, sí. Sabes unas pautas básicas de alimentación, pero llegó el momento en el que me estanqué. Seguía con el deporte casi todos los días, pero algo fallaba porque quedé parado. Fue el momento de ir a la nutricionista y ahí sigo. Volví a perder peso y es genial porque no me aburro porque como mucho más variado y, de vez en cuando, cambiamos los menús. Es un punto muy necesario.

Un proceso así hay que hacerlo con control.

Claro, el día que empecé a correr fue cuando iba andando por el Lagares y, al llegar a Castrelos, me dije: a ver cuanto aguanto corriendo. Aguanté 300 metros y ya estaba con el corazón en la boca. Me dije que no podía ser, pero hay que ir poco a poco. No se puede de la noche a la mañana comenzar a correr y hacer una maratón. Hay mucho trabajo detrás para algo así. Al empezar con el entrenador, era ir poco a poco. Primero es hacer una carrera de cinco kilómetros, después otra… Y así hasta subir el nivel. El entrenador que tengo es, para eso, atrevido. Si le propones algo, de principio, no te dice que no. Lo ve factible y te apoya. Pero todo progresivo. Así fui y llegué a participar en 2021 en el Campeonato de España de marcha nórdica en A Coruña.

Y ahora también practica triatlón.

Ya llevo tres hechos, de diversa distancia. Tengo conocidos que hacen triatlón y, además, llevo muchos años yendo al Desafío Islas Cíes como voluntario. Me llamaba mucho la atención y siempre me dije que quería hacerlo. Se lo comenté al entrenador y me dijo: vale, pero primero hay que probar otros. Entrené todo el año y lo hice, pero me quedé ahí a seis kilómetros por un dolor de espalda. Estuve cerca, pero preferí dejarlo antes de tener algo gordo.

¿Cómo es ese momento de montar en bicicleta?

Fui de vacaciones con una amiga en 2018 a Estados Unidos. Allí, en San Francisco, alquilamos unas bicicletas de montaña y mi duda era: ¿aguantará la bicicleta?. Luego, estuvimos tres horas por ahí y aguantó. Así, al volver, me compré una bicicleta de montaña con la que estuve un par de años hasta pasar a la de carretera. Fue un cambio brutal y es cierto que tuve que esperar a bajar unos kilos porque los fabricantes ponen una limitación de peso. No lo ponen directamente, pero sí que no te garantizan que aguante a partir de ciertos kilos. Cuando lo rebajé, fue como un premio para mí. Y me fue bien, sin problema.

¿Se adaptó bien a nadar?

Siempre supe nadar, pero lo que nunca conseguía, y sigo sin conseguir, es impulsarme con los pies. Voy todo de brazos y no es lo mismo la piscina que el mar. El mar da más respeto y, con el neopreno, pude ser más sencillo, pero puedes encontrarte muchas cosas en el mar, incluso alguna mano que te golpea. Es algo que pasa.

¿Cómo es ver crecer una cuenta hasta 5.000 personas?

Llama la atención y hay determinados momentos que gané muchos seguidores de golpe porque alguna cuenta importante me recomendó o me mencionó. Pero, lo bueno es que esos seguidores se quedan. Yo puedo seguir a alguien, pero si no me gusta, dejo de seguir. En mi caso, aguantan y cada vez crece más. Y la gente te apoya. Personas gordas y que le sobran kilos hay un montón. Hay gente que me manda mensajes y me dice: gracias a verte a ti, comencé a correr, o empecé a andar. Y esas cosas son las que también me animan a seguir adelante. Siempre contesto a todo el mundo que me envía mensajes y el pasado domingo, en la Carrera contra el Cáncer, me encontré con una seguidora que tengo desde hace dos años y me dijo: gracias a ti, estoy aquí. Y esto es algo que te llena. Y una persona te escribe, pero hay otras muchas que no lo hacen y a las que puedes influir o ayudar.

Y siempre con buen humor.

Sí, sí. Si no, la vida es muy aburrida. Siempre hay que buscar el toquecito gracioso. Siempre felicito las navidades de forma diferente. Este último año me vestí de árbol de Navidad y el anterior hice otro vídeo. Hay que ponerle un toque de humor a la vida.

Contenido patrocinado

stats