José Riveiro: "Lo que supone ganar o perder en Sudáfrica va más allá de lo que aquí entendemos por pasión por un club"

Publicado: 19 jun 2023 - 04:10 Actualizado: 20 jun 2023 - 17:42

El vigués, bicampeón en Sudáfrica, visitó Atlántico en sus vacaciones.
El vigués, bicampeón en Sudáfrica, visitó Atlántico en sus vacaciones.

Hace un año que José Riveiro (Vigo, 1977) aceptó el reto de entrenar al equipo más seguido de África y se enroló en el barco de los Orlando Pirates de Johannesburgo, un gigante que venía de quedarse fuera de las competiciones continentales. Doce meses después, el técnico vigués ha levantado dos títulos y ha cosechado un subcampeonato liguero que lo mete en Champions. Y se ha quitado tiempo de sus vacaciones en casa para comentarlo en el set de AtlánticoTV.

Su primer año y dos tesoros para la bodega del barco.

Nada mal. No es del todo esperado porque no pensábamos hablar de títulos tan rápido. Además, ser segundos en la Liga, con la clasificación para la Champions de África, que es como un título más, es para estar contentos.

¿Cómo es ganar una Copa remontando y con un gol en el 95?

Increíble. Todavía nos emocionamos al recordarlo. Fue una final muy complicada, que se puso muy cuesta arriba. La verdad es que jugamos muy mal, pero lo suficientemente bien como para ganar. Marcar en el 95 y con más de 55.000 aficionados nuestros en el estadio fue un momento muy emocionante y que nunca olvidaremos.

¿Supuso un punto de inflexión ganar la Supercopa en noviembre?

Lo fue. Pero después vinieron momentos complicados. El Mundial no nos sentó bien. Nos costó volver a competir a nuestro nivel y lo pagamos en Liga. Lo que me deja más satisfecho es cómo acabamos los últimos tres meses, con 16 partidos sin perder, como mejor equipo de 2023 y de la segunda vuelta.

Se lo pregunto porque su fichaje generó recelo. Le llamaban fontanero ¿Fue duro al principio?

Sí que lo fue, pero es normal. Si yo fuera aficionado de Pirates y me dicen que el entrenador va a ser José Riveiro tampoco habría enloquecido de alegría. No soy un exfutbolista de élite y aunque venía de hacerlo bien en Finlandia, tampoco es una liga muy conocida. Con ese mote de fontanero tildan ellos al entrenador europeo que va allí y no aporta nada. Me lo tomé como algo anecdótico porque lo que hacen es criticar a su propio club por no darles un nombre de los que esperaban. Pero después de un año, las cosas se ven de otra manera.

El caso es que mal no lo hizo. De fontanero a ‘spanish guitar’.

La gente está muy motivada y emocionada. Y yo lo agradezco.

¿Cuánto nivel tiene la Liga? ¿Es comparable a algo en España?

No me gustan ese tipo de comparaciones. Todo depende del contexto. La organización, el jugar en las sedes del Mundial de 2010, el seguimiento de aficionados y medios. Es todo muy bueno. Luego, el nivel técnico de los jugadores es altísimo. Es un fútbol entretenido, con fiesta en las gradas y con muchas ocasiones pero pocos goles. La definición es la faceta en la que más se tiene que mejorar.

¿Y en cuanto a lo táctico?

En Europa, los plazos son más cortos y un jugador de una cantera de nivel ya puede acortar ese proceso, entrar en un equipo de Primera con 18-20 años y rendir. Es la mayor diferencia con Sudáfrica. Allí hay un cambio muy grande en futbolistas de alrededor de 30 años con respecto a los jóvenes. A veces llegan chicos con mucho talento, pero que ni siquiera son conscientes de que lo tienen y cómo usarlo. Les cuesta ser más completos, ayudar al equipo y ahí sí que se nota la diferencia en la comprensión del juego

En lo extradeportivo, la exigencia y el seguimiento son altísimos. En ese aspecto, su vida no debe ser muy diferente a la del entrenador del Real Madrid o del Barcelona.

No sé cómo será la suya, pero la mía es complicada. Por el propio contexto de Johannesburgo y de lo que te permite y no te permite a nivel social. Es muy difícil de explicar aquí lo que es Pirates. Es una locura. Lo que supone allí ganar o perder va más allá de lo que entendemos aquí como pasión por un club. Hablamos de una sociedad con muchos problemas y para la mayoría de los aficionados, su equipo es la única forma de sentir que las cosas van bien en la vida. Eso nos da un extra porque sabes que haces a mucha gente feliz. De hecho, ellos se hacen llamar 'happy people' y quieren que su equipo gane para sentir que su vida tiene algo más de sentido.

¿Cuánto pesa la responsabilidad de influir directamente en la felicidad de tantas personas y cuánto satisface conseguirlo?

Una de las cosas que más me ayudan a hacer mi trabajo es que soy capaz de abstraerme de ese tipo de cosas. Sobre todo a la hora de competir. Vengo de Finlandia, donde los campos no están ni mucho menos llenos. Antes el fútbol base, el Mondariz, el Teis... No estoy acostumbrado a salir a un estadio con 100.000 personas. Pero una vez comienza el partido, intento no pensar en las consecuencias, ni en los millones de seguidores que tiene el club. Y no solo en Sudáfrica. Es el equipo más seguido de todo el continente.

Da vértigo.

Si piensas demasiado en ello, sí. Pero procuro no hacerlo ni verlo como un aficionado. Intento restarle toda la emoción que puedo para ayudar a los jugadores lo mejor que sé.

Pero debe ser chulo que le den las gracias por la calle.

Pues sí. Son muy agradecidos. También son críticos, incluso en el uno contra uno. Sienten mucho el club y si las cosas no van bien te lo dicen. Quieren saber, se preocupan y son muy exigentes. A las redes sociales no voy y siempre le digo a mis amigos y familia que tampoco lo hagan porque es fácil que se convierta en un sitio desagradable. Intento llevarlo conociendo cuál es mi rol y tratando de no confundirme.

Aficionados somos todos. Y usted lo es del Celta. ¿Cómo vio este agónico final de temporada?

Fue un poco decepcionante porque me ilusioné bastante con Carvalhal. Fue de lo mejor que he visto en los últimos años. Pero no sé muy bien qué pasó en el tramo final y hubo que salvarse en ese último partido agónico. Ojalá estar más tranquilos el año que viene.

En ese futuro aparece un jugador que usted entrenó. ¿Cómo ve la evolución de Miguel Rodríguez?

Siempre ha sido un jugador diferencial. Creo que es una cuestión de encontrarle la posición.

¿Por fuera o en punta?

A mí me gusta arriba. Es una opinión muy personal. Cuando encuentre ese sitio, en el que se sienta cómodo, va a ser determinante también a este nivel. Sé que está dando los pasos adecuados, rodeado de la gente apropiada y es una cuestión de tiempo que se consolide. Espero que le vaya genial porque se lo merece.

Mente abierta, valentía, convicción, necesidad... ¿Cuánto se necesita de cada para ser entrenador?

Mucho. Empezó casi por casualidad porque las oportunidades llegan por un golpe de suerte, aunque yo tenía la predisposición. Ahora que estoy fuera, me siento cómodo. A todos nos gustaría entrenar en España, pero somos 12.000 UEFA Pro. Conozco entrenadores de mucho nivel, veo lo que cuesta y me siento muy afortunado porque estoy en un país y en un club en los que el fútbol es muy importante. Lo que quieres es que tu trabajo sea representativo e importante para mucha gente y en Sudáfrica lo es. Para mí no hay ninguna diferencia entre estar allí, aquí o en la otra esquina del planeta, siempre y cuando esté a gusto.

Tiene dos años más en Soweto. ¿Qué objetivo se marca para la próxima temporada?

Soy una persona optimista y en este caso tengo razones para serlo. Sin olvidar que será muy complicado porque los rivales intentarán mejorar. Tenemos que cambiar cosas y adaptarnos a un calendario con la Champions, que será exigente por los viajes y el nivel de los rivales. Tenemos un trabajo de base bueno, refrendado con dos títulos, que es lo que engancha al jugador. Creo que el reto es pelear por el título de Liga porque, aunque fuimos segundos, nos quedamos muy lejos en puntos. Lo vamos a intentar con todo. Por trabajo no va a ser y ojalá que nos acompañe esa suerte, que siempre hace falta.

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