Fiz Fernández y Miguel Gil: “El océano nos da una prórroga de 15 años con el cambio climático”

Investigadores del Instituto de Investigacións Mariñas de Vigo

Entrevista a Fiz Fernández y Miguel Gil. | Atlántico

Fiz Fernández y Miguel Gil son investigadores del Instituto de Investigación Mariñas de Vigo. Fernández, académico de la Real Academia Galega de Ciencias, fue autor de más de 200 artículos científicos en revistas internacionales y Gil ejerce como investigador principal en oceanología. Ambos realizaron en Santiago y Oleiros un ciclo de charlas para abordar diferentes retos. Uno de ellos es la afectación del cambio climático al mar.

Se conoce la afectación del cambio climático en tierra, pero apenas se sabe de cómo afecta en el mar. ¿Cuál es exactamente?

Fiz Fernández: El océano está absorbiendo todo el cambio climático. El 90% del exceso del calor que estamos generando por la combustión de combustibles fósiles se está almacenando en el mar y otro 3 o 4% lo hace en los casquetes polares. Después, a niveles de carbono, el océano absorbe un 30% de lo que se está generando y está jugando un papel que ayuda a la sociedad. Se dice que nos está dando unos 15 años de prórroga con el cambio climático. Eso es por las propiedades del agua, que tiene una capacidad calorífica muy grande. Es el conductor de la amortiguación.

Miguel Gil: Hay que recordar que, por ejemplo, en nuestras casas usamos agua para la calefacción, precisamente por la captación y la energía que tiene. Tenemos una masa de agua que ocupa aproximadamente el 70% de la tierra, es muchísima agua y, por tanto, muchísimo calor. Se genera una especie de inercia que nos da una cierta ventaja, pero luego será mucho más difícil pararlo.

¿Eso cómo afectará a los trabajadores del mar?

M.G: Está costando puestos de trabajo. Uno de los razonamientos que se utilizan mucho es que el cambio climático va a costar mucho más que sus medidas para paliarlo. Es algo que los políticos y gestores tienen que tener muy presentes no a cuatro años vista, sino a 20 o 30. Porque las consecuencias pueden ser económicamente mucho mayores que intentar paliarlo. Creo que la gente está convencida de ello. Ya lo está notando. Ahora, lo que nos toca a nosotros es medir los impactos con poca incertidumbre o la menor que podamos, y aconsejar ciertas pautas. En estos casos hay que buscar soluciones que mitiguen sus efectos.

Entonces, ¿existe una solución sobre la mesa?

F.F.:En este momento hay que ir hacia una transición energética para intentar mitigar los efectos que nos golpean a nivel local. Si no hay una solución rápida, evidente y tecnológica, tan vez se necesite la responsabilidad social. O sea, en cambiar hábitos de vida. Y eso es muy difícil.

M.G.: Cuesta mucho cambiar nuestra forma de vivir. Y eso es un gran problema. Imagina que mañana te dicen que no puedes tener un coche, porque no se quiere quemar más petróleo o gasolina. Ese ejemplo a la sociedad le costaría mucho aceptarlo, porque estamos en esa cultura que aunque se conoce que los gases de efecto invernadero son perjudiciales, no nos damos cuenta.

¿Cuánto ha podido subir la temperatura del mar a corto-medio plazo?

F.F.:No es lo mismo en las rías que en el océano. Si te vas fuera de la ría ya puedes notar ese calentamiento, que estará en torno a los 0,25 grados por década, aunque esta cifra no es constante. Esto hace que las especies migren hacia el norte, y en Galicia lo estamos notando mucho. Por ejemplo, en las últimas charlas hablamos sobre el impacto que esto estaba teniendo en los bivalvos de la ría. Por un lado se viven olas de calor y después tenemos precipitaciones intensas. Esa llegada de mucha agua dulce en zonas de marisqueo hace que las especies no aguanten y se mueren.

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