David Lema: "Pasar del periodismo a la ficción es fascinante"

David Lema., periodista y escritor, presenta 'Los muertos también gritan'

Publicado: 25 abr 2023 - 00:39 Actualizado: 25 abr 2023 - 12:42

David Lema, en la visita al set de Atlántico TV.
David Lema, en la visita al set de Atlántico TV.

David Lema (Cee, 1990), periodista, se estrena en el mundo literario la novela negra “Los muertos también gritan”. Asesinatos, narcotráfico y secretos se dan cita en una trama ambientada en Costa da Morte, de la que habló en el set de Atlántico TV.

¿Por qué hay tanto periodista que publica novelas?

Es un vicio, hay quien dice que todo periodista quiere escribir. No es el caso, hacía mucho tiempo que me apetecía escribir una novela porque quería contar historias que me emocionen a mí y compartirlas con los lectores. Es muy distinto escribir en un periódico que hacer ficción, en una redacción estamos pendientes de qué van a pensar los lectores, pero con la novela no sabía quién era el receptor, ni qué pensaría, ni siquiera me interesaba.

¿Y una vez publicada, sigue sin querer saber quién le lee?

Ahora quiero conocerlos a todos.

Para su debut en la literatura escogió el género negro, ¿por qué?

Me gusta mucho y además permite que a lo largo de la trama se puedan contar historias por arriba y por abajo, adentrándose en los personajes. Le da credibilidad que los protagonistas tengan momentos de tristeza y de felicidad, sin que despisten al lector de la trama policial que hila la novela.

Y en el argumento, el narcotráfico, ¿una constante en los thriller gallegos?

No nos libramos, sobre todo en esta zona. Todo el mundo sabe que la droga entra por las Rías Baixas, a través de las redes de estraperlo que se iniciaron en la posguerra y que a partir de los 80 son aprovechadas por las mafias sudamericanas. Esas organizaciones se van diversificando y creando redes minoristas, las que conocemos como las familias. Se ubican por distintas zonas, y una de ellas es la Costa da Morte, que por su nombre ya da lugar a que se cometan determinados crímenes y delitos.

Describe perfectamente la atmósfera de la Costa da Morte. ¿Qué importancia tiene la localización?

Más bien, la geografía en general. Es el punto más extremo de España, una costa escarpada, esa combinación es lo que le hace de Galicia un escenario muy proclive para la novela negra. Aquí lo tiene todo hecho, la retranca, la niebla ‘borralleira’, las rías. Son ingredientes que combinan muy bien con el noir. Después está el tema del narcotráfico que fascina, atrae un montón y está vinculado a esta tierra. En una comunidad económicamente deprimida, hay gente que ve en las descargas una salida a sus penurias. Lo recoge muy bien la película de Jorge Coira, “Entre bateas”, donde dos chicos entran ese mundo no por caer en el delito, sino para ayudar a su familia.

Siendo de Cee y con la novela ambientada por la zona, ¿cuánto hay de vivencias personales? No es una expiración de obsesiones, pero de manera involuntaria sí que es importante mi vínculo con la Costa da Morte. La protagonista es una mujer, Carla Traba, y es porque, pese al machismo, la sociedad gallega es matriarcal. Yo me crié entre mujeres y el peso femenino en la novela es importante. Hay motivos íntimos que sin quererlo sí salen en las páginas.

Carla Traba es la sargento de la Guardia Civil que regresa a su tierra para investigar un crimen. ¿Marca el tono de la novela?

La protagonista es gallega, de Corcubión, pero contra el tópico de los de aquí, ella no tiene morriña. Es el personaje discordante, no echa de menos el lugar, no se adapta al habla tan lenta que tenemos, con la que creemos que decimos todo en dos palabras, cuando no decimos nada. Es la responsable de Arnela, una investigación importante. Quiere respuestas, pero aquí se las dan como las damos nosotros. No lo soporta.

Después de esta ópera prima, ¿le quedaron ganas de más?

Me quedaron ganas, pero a lo mejor me cuesta un divorcio o un despido (risas). Pasar del periodismo a la ficción es fascinante. Estamos acostumbrados a cumplir los límites deontológicos, pero aquí se pueden saltar todos, incluso los morales y éticos. Puede haber un protagonista que sea un violador, contar su historia es pasar todos los límites. Es cierto que aunque fuese ficción, siempre procuré que tuviese cierto anclaje a la realidad. Me refiero a que el crimen no puede ser espectacular, lo normal es que sea rutinario, dos vecinos que discuten por el marco y uno mata al otro con un hachazo en la cabeza.n

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