Alberto Rocha: “El textil gallego afronta el año con toda la incertidumbre del mundo”

El secretario general del Clúster Textil Moda de Galicia (Cointega), Alberto Rocha, hace balance del año para los lectores de Atlántico

Alberto Rocha: “El textil gallego afronta el año con toda la incertidumbre del mundo” | Atlántico

El sector textil gallego afronta un 2025 de gran incertidumbre con dos grandes retos por abordar, la falta de trabajadores y la sostenibilidad. El secretario general del Clúster Textil Moda de Galicia (Cointega), Alberto Rocha, hace balance del año para los lectores de Atlántico. 

¿Cómo finaliza 2024 el sector?

La parte positiva es que finaliza de manera general con incremento de ventas y de consumo. La parte más preocupante es que la distribución del reparto de esas ventas entre las empresas grandes y pequeñas sigue sesgándose. Lo que no está apareciendo como nos gustaría son nuevas empresas en el sector. Muchas de las tradicionales van agotando su ciclo de vida, que no es algo malo siempre que haya una renovación, pero no la está habiendo. Es uno de los principales retos que tenemos para el futuro. 

¿Cómo se presenta 2025?

Con toda la incertidumbre del mundo. Hay muchos frentes abiertos, con dificultades añadidas como el tema de la falta de personal, que está siendo cada vez más complicado. La pirámide demográfica es una realidad incuestionable e incorporar trabajadores a las tiendas, a los centros de producción o a logística cuesta mucho. 

¿Perfiles de todo tipo?

Sí, sí. No solo hablamos de personal cualificado sino que hay dificultades en todos los niveles.

¿Hay más empresas que tiran la toalla o emprendedores que se lanzan a la piscina?

En general hay un plus de resistencia importante, pero así como hace años veíamos como una fortaleza el relevo generacional en Galicia, ahora hay síntomas de agotamiento. Hay empresas que se están replanteando si vale la pena seguir peleando o abandonar. Que aparezcan nuevos proyectos es uno de nuestros focos. Hemos puesto en marcha una iniciativa que vamos a materializar en el primer trimestre del año y es crear un fondo de capital semilla y, para mayor compromiso, los que van a suscribir las primeras acciones de esa sociedad van a ser miembros de la junta directiva del clúster como una manera de dar ejemplo y que no se aporte solo dinero, sino consejo y apoyo. 

¿Cuál es la principal innovación?

Lo que va a venir estará relacionado con el producto. Esa será la revolución, con la incorporación de sensores, la nanotecnología y cosas que hagan que la prenda tenga muchas más prestaciones. 

¿Cuál es el reto principal del sector?

Sobrevivir. Lo que tenemos que lograr es mantener el ecosistema. No es tan importante que desaparezca una u otra empresa, sino mantener el equilibrio que hemos conseguido a lo largo de los años que hizo que Galicia tenga características diferenciales con respecto al resto del mundo. Aquí tenemos a la mayor empresa del sector (Inditex) y eso aporta un plus de competitividad y también de dificultad para ser capaz de sobrevivir. Aporta externalidades positivas porque gracias a esa compañía aparecen muchas otras actividades y se crean infraestructuras. Todo eso lo tenemos en Galicia.

¿Cómo está respondiendo el textil a la transición verde?

Hace unos días una revista especializada en el sector comparaba lo que está pasando en la sostenibilidad con el cuento de que viene el lobo. De tanto decir que viene el lobo, está empezando a perder impacto. Hay una batería tremenda de normativas que van a tener que ser aplicadas. Es un proceso que se ha ido demorando y la trasposición al ordenamiento jurídico español de algunas de estas directivas no ha ido tan rápido como se esperaba. Pero los plazos están ahí y en 2025 van a tener que implantarse algunas cosas. La lectura que hacemos es que las grandes empresas han tomado conciencia de que si se legisla bien o mal tiene impacto directo en su cuenta de resultados y están empezando a poner los medios para lo que viene, que una prenda de ropa no se va a poder tirar así como así a la basura y tiene que durar más tiempo. Hay que trabajar ya desde el diseño, es una obligación legal que va a ser exigible dentro de poco tiempo. En cuanto al consumidor, todo el mundo es muy sostenible y está preocupado con el medio ambiente, pero a la hora de pasar por caja no le importa ni el origen del producto ni la composición. Ve el precio, que sea asequible y le guste y lo compra. 

Grandes cadenas de moda están viendo hacia Galicia para un proyecto piloto de reciclaje de ropa. ¿Qué le parece esta iniciativa?

Tomaron como punto piloto una población muy próxima a nosotros, Arbo. No es la única, se tomaron muestras de poblaciones pequeñas, más grandes e intermedias y se va a hacer una prueba piloto en cada una y ver cómo funciona. Llenar las ciudades con contenedores específicos, tiene una problemática adicional, no es lo mismo la ropa en ciudades ricas que pobres, unas prendas pueden ser de calidad y casi nuevas y otras estar muy usadas. No es el mismo reciclado.

¿En qué punto está la negociación del convenio estatal del textil?

Estamos negociando y hay fricciones. Una de las complicaciones es que el textil es muy amplio y no tiene nada que ver la hilatura, la industria de cabecera que hace los tejidos o el que hace la prenda acabada. Esto dio lugar a que se dividiera el convenio en 10 tablas por cada subsector y tenemos un punto de conflicto ahí porque los sindicatos pretenden que se unifiquen las tablas. Es inasumible, supondría para algunas categorías un incremento de coste de un año para otro de un 36%. Sería disparatado y llevaría a la quiebra a muchas empresas. Las tablas tienen sentido, tienen una razón histórica. En cuanto al incremento salarial, hay menos problemática. Es cierto que el anterior lo firmamos justo antes de que se disparase la inflación, se firmó con unos incrementos moderados y una cláusula de revisión razonable. La postura de ellos es que se perdió poder adquisitivo estos años, lo compensaremos seguramente de alguna manera.

Contenido patrocinado

stats