La voz de una madre estimula el lenguaje en los cerebros de los bebés
Los prematuros escuchan menos el habla materna que los que continúan en el útero
Escuchar la voz de la madre favorece el desarrollo de las vías del lenguaje en el cerebro de los bebés prematuros, según un estudio de Stanford Medicine publicado en Frontiers in Human Neuroscience. Durante la investigación, los bebés prematuros hospitalizados escucharon grabaciones de sus madres leyéndoles. Al finalizar, las resonancias magnéticas mostraron una maduración mayor en una vía cerebral clave del lenguaje frente a los bebés del grupo de control que no oyeron las grabaciones.
“La experiencia del habla contribuye al desarrollo cerebral a esta temprana edad”, explicó la autora principal, la doctora Katherine Travis. “Esta es una forma potencialmente transformadora de pensar sobre cómo abordar la atención neonatal para promover mejores resultados lingüísticos en niños prematuros”.
Los prematuros escuchan menos el habla materna que los bebés que continúan en el útero, lo que podría influir en los retrasos del lenguaje. Para contrarrestarlo, los investigadores reprodujeron grabaciones de las madres hablando durante 2 horas y 40 minutos diarios, durante varias semanas antes del alta hospitalaria. “A pesar de ello, observamos diferencias muy mensurables en sus tractos lingüísticos. Es impactante que algo relativamente pequeño parezca marcar una gran diferencia”, señaló la doctora Melissa Scala, coautora del estudio.
La audición fetal comienza hacia la semana 24 de gestación, y en las etapas finales del embarazo los fetos reconocen la voz materna y prefieren su lengua nativa. “El cuerpo no va a desperdiciar energía desarrollando la audición tan temprano si no está realizando algo importante para programar el cerebro”, añadió Scala.
Atención neonatal
Las investigadoras concluyeron que recrear en el hospital los sonidos que los bebés habrían escuchado en el útero puede mejorar su desarrollo cerebral. En total, participaron 46 bebés muy prematuros, sin anomalías ni complicaciones graves, y las madres grabaron lecturas del libro infantil Paddington Bear en sus respectivos idiomas. Las grabaciones se reproducían por la noche en sesiones de 10 minutos, sumando 160 minutos diarios, sin interferir con el sueño de los bebés.
Los resultados abren nuevas posibilidades para la atención neonatal, al demostrar que una intervención sencilla, centrada en el vínculo sonoro entre madre e hijo, puede favorecer el desarrollo neurológico. Además, los autores sugieren que incorporar programas de grabaciones personalizadas en las unidades neonatales podría convertirse en una herramienta de bajo coste y alto impacto para apoyar a los bebés prematuros.
Enfoque en los fascículos arqueados
Los bebés prematuros se sometieron a resonancias magnéticas cerebrales antes del alta hospitalaria, enfocadas en los fascículos arqueados, que conectan áreas clave para procesar y comprender el sonido. Los resultados mostraron que el fascículo arqueado izquierdo, especializado en lenguaje, estaba más maduro en los bebés que escucharon grabaciones de la voz de sus madres frente al grupo de control. El fascículo derecho se vio menos afectado, coincidiendo con las diferencias conocidas entre ambos hemisferios en el procesamiento del habla.
“Me sorprendió la fuerza del efecto”, comentó Travis. “El hecho de que podamos detectar diferencias en el desarrollo cerebral tan temprano sugiere que lo que estamos haciendo en el hospital es importante. La exposición al habla influye en el desarrollo cerebral”. Los investigadores planean nuevos estudios para ver si los beneficios se extienden a bebés con complicaciones médicas y profundizar en cómo las grabaciones de voz afectan el cerebro.
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