Las vacaciones escolares, un obstáculo en la conciliación

Los abuelos y los campamentos son dos alternativas con las que las familias hacen malabares

Nahia Peciña / Pablo Fernández

Publicado: 15 jul 2022 - 00:08 Actualizado: 15 jul 2022 - 09:34

Un abuelo con sus nietos en Zaragoza.
Un abuelo con sus nietos en Zaragoza.

Con la llegada del verano vuelven los quebraderos de cabeza para las familias que no saben cómo conciliar su vida laboral y las vacaciones de sus hijos. Lo que para los pequeños de la casa significa descanso, piscina y juegos, para los padres es un rompecabezas, en el que abuelos y campamentos son piezas imprescindibles. Son dos meses y medio de vacaciones para los niños frente a los alrededor de 30 días que tienen los padres, en los que la situación económica o familiar determina el verano de los escolares.

Según los últimos datos del Ministerio de Educación, en el curso 2021-2022 había casi 3 millones de alumnos matriculados en los dos ciclos de enseñanza infantil y en Primaria, el período educativo previo a la ESO, que se termina alrededor de los 12 años. Por ello, la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnado (CEAPA) reivindica desde hace tiempo un plan integral de conciliación “trasversal, porque no solamente depende del Ministerio de Educación, si no también de más consejerías y de las familias”, como explica su presidenta, María Capellán.

La abuela esclava

En los meses estivales, se multiplica la oferta de campamentos -urbanos y de larga estancia-, aunque muchos no están al alcance económico de algunas familias que recurren a los abuelos de los niños para su cuidado, lo que en ocasiones, según el presidente de la Asociación de Abuelas y Abuelos de España, Francisco Muñoz, acaba provocando “el síndrome de la abuela esclava”. “Los abuelos no tenemos ninguna obligación con los nietos, y aunque nos volcamos con ellos en todo lo que necesiten por el cariño que existe, no estamos obligados a nada”, recalca Muñoz.

Por otro lado, Cáritas no se olvida de los vulnerables en los meses estivales. “Queremos que los hijos de las familias en una situación de vulnerabilidad económica disfruten del verano, así como facilitar la conciliación de los padres”, indica el coordinador de las colonias urbanas y campamentos de Cáritas Madrid, José Antonio Martín. Para ello, empleados y voluntarios de la organización trabajan en las 19 colonias urbanas repartidas por la capital y en los 6 campamentos con pernocta. Es el caso de Marta Romero, voluntaria de las colonias de verano, quien asegura que disfruta conociendo más a fondo en la época estival a los menores con quien comparte durante el año el centro de día.

Con el comienzo de las vacaciones escolares también aparecen los campamentos temáticos, cada vez más solicitados ya que permiten a los menores desarrollar sus aficiones. Entre los más populares están los dedicados al fútbol, que cada verano atraen a más niños llegando a completar los cupos, como ha sido el caso del campus de fútbol Oña Sanchinarro, de Madrid, donde además de entrenadores formados, los niños pueden aprender de exjugadores profesionales.

Pero además de los campamentos deportivos, también existen los tecnológicos, los que facilitan el aprendizaje de idiomas o los dedicados al cuidado del medio ambiente, entre los que figura el que Greenpeace realiza desde hace 25 años en distintos puntos de España. Un campus para familias con un perfil económico medio, según su coordinador, Josevi Casañs, aunque también ofrece la posibilidad de obtener becas “para chavales con problemas económicos o sociales”.

Los monitores de campamento cada vez tienen más formación

Existe la creencia generalizada de que el trabajo de monitor de campamento es una forma de ganarse algo de dinero extra en verano. No obstante, el sector “cada vez se está profesionalizando más”, según explica Roberto Trujillo, formador de trabajadores de tiempo libre.

Según Trujillo, el 80 % de los titulados en tiempo libre consigue trabajo en verano. Esta cifra da a entender que hay una alta empleabilidad. Sin embargo, esta circunstancia deja de darse una vez que suenan los timbres, los niños vuelven a las clases en septiembre y los padres dejan de tener la necesidad de mantenerlos ocupados mientras trabajan. Por ejemplo, las estadísticas reflejan que en la Comunidad de Madrid solo en torno al 50 % de los trabajadores de tiempo libre continúan empleados a lo largo del periodo escolar. Algunas de las ocupaciones son, entre otros, en talleres o actividades extraescolares.

Ante esta situación de marcada estacionalidad en el ámbito laboral del tiempo libre, el sector hace un llamamiento para que “se profesionalice y que se regule el convenio” de estos trabajadores, esenciales en la conciliación familiar veraniega.

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