La Unión Europea actúa para frenar el declive de las abejas
Tras dos décadas de inacción buscan proteger las colmenas del efecto nocivo de los pesticidas
La Unión Europea comenzó a tomar medidas esta semana tras dos décadas para frenar el grave declive de las abejas por la exposición a los pesticidas al avanzar hacia un objetivo común de protección de las colmenas, después de inacción la inacción durante unos 20 años debida a las discrepancias entre los países. La aproximación entre los Estados miembros, lograda el anterior lunes en un Consejo de ministros europeos de Agricultura, permitirá actualizar la evaluación de riesgos para las abejas por su exposición a los pesticidas, según la Comisión Europea.
En particular, la mayoría de los países de la UE, entre los que se encuentra España, apoyó que el nivel máximo permitido de reducción del tamaño de las colonias de abejas se sitúe en el 10 %, una exigencia muy superior a las normas vigentes. En el debate celebrado durante la reunión de los ministros, quedó patente que algunos estados, como Francia, Italia o Países Bajos, querían ir más allá y defendían limitar la pérdida de las colonias al 7 %. Otros abogaban por permitir disminuciones superiores al 12 % (Finlandia, Grecia o Polonia) y Letonia incluso se oponía a un objetivo armonizado de protección en toda la UE.
Exigencias desde oenegés
Según Bruselas, el “apoyo claro a un objetivo ambicioso” para la protección de estos polinizadores permitirá “dejar atrás el punto muerto en las discusiones” y concentrar los esfuerzos en “lograr resultados”. “Es un compromiso positivo pero mediocre”, señalaron por su parte desde la ONG BeeLife, que considera que permitir una pérdida del tamaño de las colmenas del 10 % “contradice una evaluación de riesgos científicamente sólida”.
Noa Simón, de esa organización, dijo en conversación telefónica que la reacción produce un “sabor agridulce” y que aunque el 10 % “es mejor que nada”, se trata de un nivel poco ambicioso teniendo en cuenta los objetivos europeos para mejorar la sostenibilidad. Esa organización pide a los países que reconsideren su posición y que atiendan al porcentaje del 7 % de pérdidas en las colonias que solicitan algunos estados.
Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), las abejas polinizan 71 de las 100 especies de cultivos que proporcionan el 90 % de los alimentos del mundo. Las poblaciones de este polinizador se redujeron drásticamente en las últimas dos décadas y el uso de plaguicidas está identificado como uno de los motivos de esta disminución. La reducción de esta especie collevaría riesgos para la cadena trófica.
Según las normas de la UE, los plaguicidas solo pueden utilizarse en la agricultura si se cumplen ciertas condiciones: una evaluación de riesgos exhaustiva debe demostrar que su uso no dañará la salud humana o animal ni provocará un impacto inaceptable sobre el medio ambiente. La referencia para los niveles de riesgo actuales se basa en el documento de orientación sobre ecotoxicología terrestre que fue elaborado por la Comisión Europea en el año 2002.
En 2013, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, (EFSA) adoptó y publicó un documento de orientación sobre la evaluación de riesgos de los productos fitosanitarios en las abejas. Aunque la guía de 2013 se utilizó en algunos casos, como para la evaluación de los insecticidas neonicotinoides -ahora prohibidos en la UE- nunca se llegó a implementar por completo en el proceso de aprobación regulatoria porque no hubo apoyo suficiente para ello entre los Estados miembros.
En marzo de 2019, Bruselas solicitó a la EFSA que realizara una revisión de su documento de orientación sobre las abejas, con vistas a la presentación de una propuesta para la protección que tenga en cuenta los nuevos conocimientos sobre esos polinizadores y con el objetivo de definir el enfoque a qué proteger y en qué medida. La responsabilidad de fijar los niveles exactos de protección es una decisión política que corresponde sin embargo a los gestores de riesgos. “El papel de la EFSA en este expediente es ofrecer la mejor ciencia posible para garantizar que se cumplan los niveles de protección deseados”, recordaron fuentes de la Autoridad europea.
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