Tailandia vive un bum entre porros y galletas

Servicios de entrega a domicilio, mapas interactivos con productos en línea, spas de relajación o tiendas con brownies, galletas y porros. El negocio de la marihuana vive un bum en el país asiático, con miles de establecimientos abiertos en menos de un año.

Agencias

Publicado: 21 abr 2023 - 00:02 Actualizado: 21 abr 2023 - 09:52

Un grafiti de Maggie Simpson fumando marihuana en Bangkok.
Un grafiti de Maggie Simpson fumando marihuana en Bangkok.

Servicios de entrega a domicilio, mapas interactivos con productos en línea, spas de relajación o tiendas con brownies, galletas y porros. El negocio de la marihuana vive un bum en Tailandia, con miles de establecimientos abiertos en menos de un año ante la falta de una regulación clara de esos comercios. Desde que el país legalizara el cultivo de marihuana para uso médico -el primero en hacerlo en el Sudeste Asiático- el pasado 9 de junio, Tailandia vive una fiebre en torno al negocio del cannabis, enmarcado en una confusa ley que no penaliza el consumo con fines recreativos.

Con cerca de 8.000 tiendas distribuidas por el país, más de un millón de productores locales y unos 11 millones de usuarios en el último año, según fuentes del sector, Tailandia parece haber entrado en el circuito global de la marihuana. La nación vio, incluso, el florecer de una nueva carrera: el “budtender”. “Como budtender, uno debe informar a los clientes sobre el cannabis y sugerir el producto que se adapte a las necesidades de cada uno. Algunos buscan algo para relajar, otros quieren ponerse activos, otros quieren estar más centrados”, dice la tailandesa Melody, quien estrenó en esta carrera poco después del anuncio de la despenalización de la sustancia.

Menos de diez meses después, Melody, que actualmente ejerce como gerente de operaciones del dispensario “FourTwenty”, vio su negocio “expandirse de forma meteórica” y alcanzar unos ingresos que rondan los 205.000 dólares mensuales. “Sabemos que muchos tailandeses viven de la agricultura, por lo que el cannabis puede ser otra opción de cultivo para esos agricultores”, afirma.

A día de hoy, la marca, que emplea a 70 personas y solo trabaja con productos cultivados en Tailandia, cuenta con tres comercios en Bangkok, mientras se prepara para la inauguración a finales de mes de su primera tienda en la turística isla de Phuket. “Si apoyamos el negocio local, en el futuro nuestros agricultores y productores locales pueden estar en los mismos niveles y estándares que los grandes productores internacionales”, puntúa la gerente.

El bum del cannabis en Tailandia fue aupado por la ambigua legislación y la falta de regulación para su consumo, lo que hizo que muchos depositaran sus fichas en la marihuana como el “negocio del futuro” -una industria que podría alcanzar un flujo de comercio anual de 1.250 millones de dólares para 2025, según la Universidad de la Cámara de Comercio de Tailandia. Así, de la noche al día, centenares de pequeños comercios, máquinas expendedoras y hasta elaborados “weed shops” pasaron a componer el escenario urbano de las ciudades e islas del país.

Sin embargo, la llegada de grandes cadenas multinacionales y la importación de la planta de lugares como Estados Unidos o Canadá -práctica en teoría prohibida- representan un riesgo para los comerciantes locales, que tienen recursos y condiciones de producción bastante más limitados. “Tailandia acaba de empezar, entonces los productores locales tienen muchos gastos, mientras que otros países que llevan más tiempo en el mercado del cannabis pueden producir a gran escala con un bajo costo”, explica Melody.

Asimismo, pese a la aparente y prometedora bonanza, la industria podría verse amenazada por los comicios que el país celebrará en mayo y que pueden suponer un cambio de gobierno y de legislación.

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