Preocupación familiar por el decreto ley de los comedores

La presidenta de CEAPA, María Sánchez Martín, alertó de que “es posible” que el real decreto de comedores escolares implique una subida de precios para las familias o “una reducción de la cantidad” de comida para los niños, algo que consideró especialmente preocupante: “hay muchos alumnos que únicamente hacen una comida completa al día en el comedor escolar y que esa comida se reduzca consideramos que no debería ser”. Aunque valoró positivamente la aprobación del decreto (que obliga a las comunidades autónomas a cumplir unos estándares mínimos) reconoció que “sí que se nos han quedado algunas cosas que reclamábamos un poco en el tintero”.

Sánchez Martín destacó que existen comunidades donde los comedores escolares aún se gestionan de forma sostenible, con cocina in situ y alimentación de cercanía, en algunos casos desde las propias AMPA. Sin embargo, denunció que “hay muchos territorios que hace años concedieron las licencias a las empresas de catering”, lo que, a su juicio, “no es la mejor manera de alimentar a los niños”. También subrayó la necesidad de recuperar modelos de gestión más humanos y próximos, que permitan adaptar los menús a las realidades de cada centro.

Sobre el uso de pantallas en los colegios, defendió que “prohibir no vale de nada” y que la clave está en educar y acompañar a los menores en su uso. Por eso, insistió en la necesidad de formar a las familias: “tenemos que saber cómo tener controles parentales de esos dispositivos y muchas veces el problema viene de que las familias no tenemos esa formación”. En su opinión, el acompañamiento tecnológico debe formar parte del currículo educativo y del diálogo permanente entre centros y padres.

En cuanto a la Formación Profesional, la presidenta de CEAPA defendió su impulso como herramienta clave para reducir el abandono escolar temprano, aunque subrayó que “faltan plazas públicas”. También hizo un llamamiento a las administraciones para ampliar la oferta y garantizar el acceso en zonas rurales y entornos desfavorecidos.

Respecto al acoso escolar, señaló que “sobre el papel, todos los protocolos son perfectos”, pero lamentó que se siga aplicando la norma que traslada a la víctima de centro. También criticó la escasa implantación del Coordinador de Bienestar y Protección, al que definió como “una figura prácticamente inexistente en los centros”, y reclamó una inversión real para que esa figura cumpla su función.