El papa da inicio en el Vaticano al Jubileo de la Misericordia

El papa Francisco inauguró ayer el Jubileo Extraordinario de la Misericordia con una ceremonia en el Vaticano, acto rodeado de fuertes medidas de seguridad, y al que asistieron miles de fieles de todo el mundo y que concluyó con la apertura de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, que cruzaron él mismo y su antecesor, Benedicto XVI, y que permanecerá abierta hasta el próximo 20 de noviembre de 2016.

El resto de puertas santas que se abrirán en todas las catedrales del mundo tendrá lugar el próximo domingo, día 13. Tanto la ceremonia de Santiago como la de Ourense tendrá lugar a las cinco de la tarde. En Compostela el arzobispo abrirá la de los Xacobeos, mientras que en Ourense la ceremonia, que presidirá el obispo, se iniciará en la iglesia de Santa Eufemia con una procesión que transcurrirá por la calle Juan de Austria. La diócesis de Tui-Vigo inicia el rito en el claustro de la catedral tudense, mientras que en Vigo habrá puertas santas en la Concatedral de Santa María y en los santuarios de Fátima y María Auxiliadora, que se abrirán el día 20, al igual que en el templo de Baiona.

La ceremonia de Roma duró cerca de dos horas, desde las 9,30 hasta que el papa Francisco cruzó el umbral para concluir su camino frente a la tumba del Apóstol San Pedro. Pero desde la madrugada, miles de peregrinos se habían acercado a la plaza vaticana para poder hacerse un hueco en las primeras filas. Tuvieron que pasar fuertes medidas de seguridad y varios controles de detección de metales que ralentizaron su entrada a la plaza.

El papa Francisco cruzó la Puerta Santa a las 11,10 hora local, pero antes pronunció un discurso en el que afirmó que este Jubileo Extraordinario "será un año para crecer en la convicción de la misericordia". Este Jubileo, el primero del pontífice jesuita, tiene un significado especial, pues se celebra en el quincuagésimo aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II (1962-1965).

encuentro iglesia-hombres

Bergoglio hizo referencia a esta fecha que dijo, supuso "un verdadero encuentro entre la Iglesia y los hombres". Apuntó que era "un encuentro marcado por el poder del espíritu que empujaba a la Iglesia a salir de los escollos que durante muchos años la habían recluido en sí misma, para retomar con entusiasmo el camino misionero".

Y después el papa Francisco se acercó solo y lentamente a la Puerta Santa, la abrió, cruzó el umbral y permaneció inmóvil durante unos minutos, meditando y rezando, en un acto que sirvió para dar inicio al cuarto Jubileo Extraordinario de la Iglesia Católica. Tras él, la primera persona en atravesar la Puerta Santa fue Benedicto XVI y, luego lo hicieron el resto de cardenales, obispos, religiosos y laicos que asistieron a la celebración.

La procesión concluyó en el altar mayor, que se eleva sobre la tumba del Apóstol San Pedro, el primer papa de la historia de la Iglesia Católica.

El papa Francisco, finalizada la ceremonia de apertura del Año jubilar, afirmó desde la ventana del palacio apostólico durante el rezo del Ángelus que "no se puede entender la existencia de un cristiano que no sea misericordioso" y sostuvo que la fiesta de la Inmaculada Concepción, que se celebraba ayer, recuerda "que en la vida todo es don, todo es misericordia".n