El Nobel de Física premia a los estudios sobre agujeros negros

Sociedad

Roger Penrose, Andrea Ghez y Reinhard Genzel son los galardonados por sus aportaciones científicas

agencias

Publicado: 07 oct 2020 - 02:37 Actualizado: 08 oct 2020 - 02:56

La Real Academia de las Ciencias Sueca anuncia a los investigadores Roger Penrose, Reinhard Genzel y Andrea Ghez como los galardonados con el premio Nobel de Física 2020
La Real Academia de las Ciencias Sueca anuncia a los investigadores Roger Penrose, Reinhard Genzel y Andrea Ghez como los galardonados con el premio Nobel de Física 2020

n n n El Nobel de Física reconoció ayer al británico Roger Penrose, el alemán Reinhard Genzel y la estadounidense Andrea Ghez por sus descubrimientos relacionados con los agujeros negros, el "secreto más oscuro del universo", según la Real Academia de las Ciencias sueca, institución que otorga cada año el galardón. A Penrose se le distingue por mostrar que la Teoría General de la Relatividad, formulada por Albert Einstein, implica la formación de estos "exóticos" fenómenos, mientras que a sus dos colegas se les premia por el hallazgo de un objeto compacto y supermasivo en el centro de nuestra galaxia.

La demostración de Penrose es considerada una de las principales contribuciones a la Teoría de la Relatividad, además de servir de guía para una nueva teoría de la gravedad cuántica; el trabajo pionero de Genzel y Ghez abrió el camino a nuevas generaciones de test más precisos de las formulaciones de Einstein y sus predicciones, resalta la Real Academia sueca.

“superficies atrapadas"

Aunque la idea de la existencia de "estrellas oscuras" se remonta a finales del siglo XVIII, la primera descripción teórica de lo que ahora se conoce como agujero negro apareció pocas semanas después de que Einstein publicara su teoría en 1915 y los primeros cálculos del colapso de una estrella masiva los hizo Robert Oppenheimer en 1930. Obsesionado por la formación de esos fenómenos, Penrose recurrió a métodos matemáticos como las superficies atrapadas, que fuerzan a todos los rayos a apuntar a un centro, independientemente de si la superficie se dobla hacia afuera o hacia adentro.

Usando esta herramienta matemática el científico británico pudo probar que un agujero negro siempre oculta una singularidad, un límite donde tiempo y espacio terminan, además de desarrollar un concepto central en para el teorema de la singularidad.

Tres décadas después, Genzel y Ghez confirmaron las sospechas sobre la existencia de un agujero negro en el centro de la Vía Láctea, en la región conocida como Sagitario A, liderando dos proyectos paralelos con supertelescopios. Genzel y su equipo lo hicieron desde Chile, y Ghez, desde el observatorio Keck, en la montaña hawaiana de Mauna Kea. Las mediciones de ambos grupos coincidieron en probar la existencia de un objeto extremadamente pesado e invisible que arrastraba las estrellas y las hacía moverse y proporcionaron "la evidencia más convincente" de que hay un agujero negro "supermasivo" en el centro de nuestra galaxia. n

Contenido patrocinado

stats