Multitudinario adiós al "papa del pueblo"
Funeral del papa Francisco
El mundo despide a Francisco en una histórica ceremonia en el Vaticano que reunió a cientos de líderes internacionales y más de 400.000 fieles en las calles de Roma. La ceremonia, marcada por la emoción y la llamada a la paz, paralizó la capital italiana
Roma vivió este sábado una jornada histórica con el funeral del papa Francisco, al que acudieron más de 200.000 fieles, según cifras del Vaticano. Junto a ellos, más de 50 líderes mundiales y 150 delegaciones oficiales participaron en la emotiva despedida en la Plaza de San Pedro, que tuvo que cerrarse una vez alcanzado el máximo aforo de 50.000 personas.
Quienes no lograron entrar siguieron la ceremonia desde la Via Conciliazione y calles próximas, donde pantallas gigantes retransmitieron la misa. La ciudad quedó prácticamente bloqueada: el tráfico se paralizó y los autobuses dejaron de circular, según detalló el portal oficial Vatican News. Un dispositivo de seguridad sin precedentes, con francotiradores, unidades caninas, equipos antibombas y fuerzas especiales en el río Tíber, vigiló todos los accesos.
La misa, que comenzó a las 10:00 horas, reunió a monarcas, presidentes y primeros ministros de todo el mundo. España estuvo representada por los Reyes Felipe VI y Letizia, acompañados de las vicepresidentas María Jesús Montero y Yolanda Díaz, el ministro Félix Bolaños y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. El presidente Pedro Sánchez no acudió.
Desde Argentina, el presidente Javier Milei se situó en primera fila junto a la primera ministra italiana Giorgia Meloni. También estuvieron presentes Donald Trump, Volodimir Zelenski y Emmanuel Macron, entre otros. Los Reyes de España mantuvieron un breve saludo con Trump y Melania, repitiendo el gesto en el momento del saludo de la paz durante la misa.
Nueve organismos internacionales, como la ONU, el Consejo de Europa y el ACNUR, enviaron delegaciones. Además, la diversidad religiosa quedó patente con representantes de las iglesias ortodoxa, anglicana, evangélica, así como del judaísmo, islam, budismo, hinduismo, sijismo, zoroastrismo y jainismo.
Siguiendo la tradición marcada por el maestro de ceremonias Diego Ravelli, el funeral fue sencillo, sin catafalco, recordando que se trataba de despedir a un pastor y no a un soberano. El féretro, precedido de campanas fúnebres, fue llevado a pie desde el interior de la Basílica de San Pedro hasta el altar dispuesto en la plaza, ante la mirada de 250.000 personas que ya le habían rendido tributo en días anteriores.
El cortejo fúnebre estuvo compuesto por casi 1.000 concelebrantes (entre cardenales y obispos) y más de 4.000 sacerdotes, distribuidos en torno al atrio de San Pedro. Se prepararon 225 copones para la Comunión de los fieles y 80 cálices para los sacerdotes. El icono de la Salus Populi Romani, situado cerca del altar, presidió una celebración marcada por los cánticos gregorianos y la lectura de pasajes bíblicos en inglés y español.
El decano del colegio cardenalicio, Giovanni Battista Re, fue el encargado de la homilía, donde describió a Francisco como un "papa del pueblo" y recordó su incansable defensa de los migrantes, su lucha contra las guerras y su apuesta por una Iglesia de "puertas abiertas". Su mensaje conmovió a los asistentes, arrancando aplausos en varios momentos.
Re también dirigió un mensaje contundente a los líderes presentes, especialmente a Donald Trump y Volodimir Zelenski, recordando la llamada permanente del Papa a la paz y a la resolución de conflictos mediante el diálogo y la negociación honesta. Se destacó, además, el compromiso del Pontífice en favor de los refugiados y los más pobres.
Durante la misa, las seis oraciones de los fieles fueron leídas en diferentes idiomas: francés, árabe, portugués, polaco, alemán y chino. Tras el intercambio de la paz, se produjo un gesto simbólico: los Reyes de España fueron los primeros en estrechar la mano de Trump, seguidos por otros líderes como Macron y Rebelo de Sousa.
Finalmente, la ceremonia concluyó con la Valedictio: una serie de súplicas, bendiciones y oraciones, que culminaron con la incensación del féretro por el cardenal Re. El ataúd fue entonces trasladado en procesión hacia la Basílica de Santa María la Mayor, donde el Papa Francisco recibió sepultura, en un acto sencillo y cargado de emoción.
Contenido patrocinado
También te puede interesar