Muere José 'Pepe' Mujica, expresidente de Uruguay

José Mujica, expresidente de Uruguay, falleció este martes a los 89 años, víctima de un cáncer de esófago avanzado que se había extendido por su cuerpo. A comienzos de año, el exmandatario anunció que dejaría el tratamiento al no poder soportarlo más debido a su edad y a sus dos enfermedades crónicas. Consciente del desenlace, pidió que lo dejaran morir tranquilo, en paz con su destino.

Mujica había expresado su deseo de ser enterrado en el modesto terreno donde vivió toda su vida, incluso durante su presidencia (2010-2015). Rechazó tratamientos agresivos, reconociendo que era un anciano sin más fuerzas. En palabras del actual presidente de Uruguay, Yamandú Orsi: “Falleció nuestro compañero Pepe Mujica, presidente, militante, referente y conductor. Te vamos a extrañar, Viejo querido. Gracias por tu amor al pueblo”.

Una vida de lucha y cárcel

Nacido en Montevideo en 1935, Mujica inició su carrera política en el Partido Nacional, del cual se alejaría pronto. En los años 60 se unió al Movimiento de Liberación Nacional (MLN), la conocida guerrilla tupamara. Su militancia lo llevó a pasar casi 15 años en prisión, durante la dictadura, en condiciones infrahumanas y bajo amenaza de ejecución.

Con la llegada de la democracia en 1985, Mujica fue liberado gracias a una amnistía. Poco después se integró al Frente Amplio, partido con el que ganó un escaño en 1994. Su popularidad creció y en 2004 se convirtió en el senador más votado en la historia de Uruguay. En 2009, fue elegido candidato presidencial y ganó las elecciones en segunda vuelta.

El presidente que eligió la chacra

Cuando asumió el cargo en 2010, Mujica dejó claro que no sería un presidente común. Rechazó privilegios y vivió en su humilde chacra, una pequeña granja en las afueras de Montevideo junto a su esposa, Lucía Topolansky. Renunció a la mayor parte de su salario y llegó a donar más de medio millón de dólares durante su mandato.

Reformas progresistas desde la austeridad

Durante su presidencia, impulsó leyes clave como la despenalización del aborto, el matrimonio igualitario y la legalización de la marihuana. Su figura ganó respeto internacional por su discurso directo y honesto, aunque algunos críticos le reprocharon no haber aprovechado el buen momento económico del país para reformar a fondo los servicios básicos.

Mujica siempre mantuvo una postura crítica y autónoma frente a otros líderes de la región. A diferencia de buena parte de la izquierda latinoamericana, se distanció del chavismo y del gobierno de Nicolás Maduro, al que calificó como autoritario. También generó polémica cuando aceptó recibir presos de Guantánamo a pedido de Estados Unidos.

Un legado que trasciende la política

José Mujica se convirtió en un referente mundial por su coherencia de vida, su lenguaje sencillo y su visión humanista de la política. Vivió como pensaba y gobernó con austeridad y convicción. Hoy Uruguay y el mundo despiden a un líder irrepetible, que eligió la humildad por encima del poder.