El Mediterráneo se muestra vulnerable a las olas de calor

Las intrusiones de aire cálido del continente africano tienen un gran impacto en el ambiente marino

Praderas marinas de Posidonia oceánica ubicadas en el mar Mediterráneo y adaptadas a las altas temperaturas.
Praderas marinas de Posidonia oceánica ubicadas en el mar Mediterráneo y adaptadas a las altas temperaturas.

Las intrusiones de aire cálido procedente del continente africano en Europa tienen un impacto mucho mayor que el simple aumento de la temperatura del aire en las olas de calor marinas en el Mediterráneo.

Es la conclusión de un nuevo estudio, dirigido por el CMCC Foundation-Euro-Mediterranean Center on Climate Change, tras analizar cientos de olas de calor marinas identificadas en la región mediante datos satelitales avanzados y análisis de agrupamiento. Los hallazgos se publican en Nature Geoscience.

El mar Mediterráneo es particularmente susceptible a las olas de calor marinas, como la ola de calor récord de 2022, caracterizada por temperaturas superficiales del mar anormalmente altas, debido a la interacción entre los flujos de calor aire-mar y los procesos oceanográficos locales, lo que provoca impactos significativos en los ecosistemas marinos y las comunidades costeras.

Persistencia

Si bien las dorsales subtropicales -con las que irrumpe el aire cálido africano- ocurren con frecuencia en verano, aproximadamente cada dos días, su persistencia es lo que crea las condiciones críticas para la formación de las olas de calor marinas. Durante el inicio de una ola de calor marina, la formación de las dorsales se vuelve persistente: el sistema de alta presión asociado a ellas se vuelve estacionario, interrumpiendo el movimiento normal de los sistemas meteorológicos hacia el este.

Cuando estas dorsales se asientan sobre la cuenca mediterránea durante cinco días consecutivos o más, aquietan los vientos predominantes, lo que provoca que el mar deje de desprender calor y las aguas superficiales se calienten rápidamente.

“Nuestro estudio identifica las condiciones favorables que conducen a las olas de calor marinas y revela que estas son provocadas por la persistencia de las dorsales subtropicales, que debilitan los fuertes vientos en la zona”, afirmó Ronan McAdam, investigador del CMCC y coautor del estudio.

Los hallazgos demuestran que el 63,3%, el 46,4% y el 41,3% de las olas de calor marinas en el Mediterráneo occidental, central y oriental, respectivamente, ocurren durante períodos con dorsales subtropicales y vientos reducidos.

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