La llegada de los criptoactivos incrementa las estafas online
Con el reclamo de grandes ingresos, se han modernizado timos como el tocomocho o la estampita
Los intentos de estafas “online” a través de supuestas plataformas de inversión van en aumento en España, donde parecen haberse cebado grupos criminales que, con el reclamo de grandes rentabilidades, modernizaron timos clásicos como el del tocomocho o la estampita.
Durante el segundo trimestre de 2022 se registró un descenso global de los intentos de fraude “online” del 14% respecto al mismo período de 2021, pero en España aumentaron un 12%, según recoge el informe de fraude de la compañía TransUnion.
El brigada Antonio Cruceira, responsable del Equipo de Delincuencia Económica y Tecnológica de la Guardia Civil de Navarra, que el año pasado recibió 26 denuncias por este motivo, explicó que la llegada de las criptomonedas y los CFDs (contratos por diferencia) supuso que muchos usuarios intenten conseguir una rentabilidad a sus ahorros a través de esas plataformas de inversión.
“Pero tenemos que tener mucho cuidado en qué plataformas elegimos para invertir nuestro dinero, porque hay muchas veces que son chiringuitos financieros que están creados única y exclusivamente para quedarse con todo nuestro dinero”, advierte.
La estafa habitualmente comienza cuando una persona, al buscar en el móvil información sobre dónde invertir su dinero, de inmediato recibe publicidad de estas plataformas, que le piden sus datos personales y se ponen en contacto con ella a través de un teléfono que comienza por +44, aparentemente del Reino Unido.
La plataforma fraudulenta aconseja entonces una inversión inicial de unos 250 euros y, para abrir una cuenta de usuario, pide a la víctima documentos personales como una fotografía del DNI, algún recibo y en ocasiones un selfi con un texto manuscrito en el que se les autoriza a operar en nombre del supuesto inversor.
Aparentemente, esa aportación de 250 euros va generando grandes beneficios por inversiones en productos como oro, plata, petróleo o criptomonedas, y es entonces cuando se pide a la víctima que invierta más cantidad de dinero. Pero ésta es solo la primera estafa.
A los dos o tres meses, cuando la víctima quiere recuperar todo o parte de su dinero, la plataforma le comunica que antes debe abonar impuestos o una penalización por permanencia. En caso de que se abone esa cantidad, el dinero nunca llega a su destinatario. Segunda estafa.
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