Un feto de oveja sobrevive 12 días en una placenta artificial
El objetivo final de este proyecto es que los bebés ultraprematuros puedan vivir fuera del útero
Un prototipo de placenta artificial diseñada con el objetivo de salvar vidas y mejorar pronósticos de neonatos ultraprematuros, de menos de seis meses, logró alcanzar hasta 12 días de supervivencia en una primera fase experimental, en la que se probó primero en modelos animales. “Es un hito muy importante”, destacó el director del BCNatal y líder del proyecto, Eduard Gratacós, quien indicó que el proyecto prosigue con las siguientes fases, con la previsión de que el prototipo pueda someterse a estudios clínicos -en humanos- en “dos o tres años”.
El proyecto CaixaReserch Placenta Artificial presentó los resultados de los primeros dos años y medio de investigación en el CosmoCaixa con la participación de los máximos responsables de la Fundación la Caixa, que financia la iniciativa, y los dos hospitales que conforman el BCNatal, el Clínic y Sant Joan de Déu.
Este proyecto está pensado para bebés ultraprematuros, aquellos que nacen antes de los seis meses, que son 25.000 casos solo en Europa cada año. Antes de los seis meses de gestación, los pulmones, los intestinos y el cerebro del feto están poco desarrollados y no están preparados para funcionar de forma correcta en un entorno tan antinatural como es fuera del útero. Aunque con los años la ciencia y la tecnología aumentaron la supervivencia, mediante técnicas de apoyo respiratorio y alimentación vía intravenosa, los ultraprematuros pueden tener secuelas y complicaciones en su vida futura.
"Engañar" al feto
Para cambiar “radicalmente” el pronóstico de estos casos, Gratacós detalló que el objetivo del proyecto CaixaResearch Placenta Artificial es ir ampliando la supervivencia en buen estado de fetos hasta las cuatro semanas (28 días), para que luego ya los bebés puedan seguir viviendo fuera de esa placenta, en una incubadora. “Se trata de mover el punto teórico del nacimiento y mantenerlo cuatro semanas en esta placenta, con lo que podríamos reducir la mortalidad y las secuelas a menos de la mitad, de una forma radical, así que el beneficio sería inmenso”, explicó Gratacós.
Así, el gran objetivo es “conseguir sacar el feto de su madre y que siga viviendo como un feto y esto es dificilísimo porque hay que engañar al máximo a la naturaleza”, remarcó el científico.
En este “engaño” es fundamental que el prototipo garantice, entre otras cuestiones, que entre y salga el líquido amniótico, y que le lleguen al feto los nutrientes y medicamentos, así como la oxigenación, todo ello mediante la conexión del cordón umbilical. “La placenta es como una ventosa de carne que se adhiere al útero y se comporta como un radiador, por el que circula la sangre y vuelve a salir para oxigenar al feto, pues este no respira directamente sino que le pasa el oxígeno su madre”, dijo el director de BCNatal.
También es complejo el trasvase y conexión del cordón umbilical, que se conecta a unas cánulas diseñadas para que “no se note el cambio”, porque, de no ser así, el cordón interpreta que el bebé ya ha nacido y se cierra, añadió.
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